Antes de competir en Sachsenring, Rossi tuvo que viajar a Japón -obligado por Honda- para preparar las 8 horas de Suzuka. Aunque el piloto italiano fue quién propuso (al firmar su contrato con Honda en 1999) a la firma japonesa la posibilidad de correr la mítica prueba de resistencia, estos test llegaban en mal momento por la situación del campeonato y por la cantidad de horas en avión con cambio de horario incluido. Este hecho hizo que Valentino llegara a Alemania fatigado física y mentalmente. Durante los entrenamientos se vio que la YZR funcionaba muy bien en este trazado mientras que Rossi tenía muchos problemas con la puesta a punto y se clasificaba en undécima posición. Max venció sin grandes apuros y Rossi finalizó séptimo, precedido por cinco Yamahas y la Honda de Barros. Biaggi reducía a 10 puntos la renta de Valentino y se marchaba de vacaciones lleno de optimismo. El piloto de Tavullia se encontraba realmente desanimado tras la carrera, pero Burgess le insufló optimismo haciéndole ver que las circunstancias habían sido muy particulares y que todavía mantenía el liderato en el campeonato.
Durante el parón veraniego Rossi participó junto a Colin Edwards en la 8 horas de Suzuka. En la edición de 2000 ya habían compartido equipo pero tuvieron que abandonar por avería mecánica. Valentino quería ganar (tal y como habían hecho antes los grandes pilotos de 500) y no tener que participar nuevamente en la agotadora prueba de resistencia. Pero para conseguir el triunfo tuvo que emplearse a fondo porque las prestaciones de Edwards no fueron especialmente buenas. Esta victoria fue muy importante a nivel psicológico porque le sirvió para recuperar fuerzas al reafirmarse en su potencial.
La cita de Brno parecía decisiva en el desenlace del mundial y la tensión estaba a flor de piel. Una parte de la prensa italiana estaba convencida de que Biaggi conseguiría una nueva victoria -la séptima en nueve años- en su pista fetiche. El viernes Max dejó a su rival a casi un segundo, pero las diferencias se redujeron a una décima en la definitiva sesión clasificatoria. Los dos pilotos sabían lo mucho que se jugaban y esto se reflejaba en sus rostros minutos antes de la salida. Extrañamente Rossi hizo una buena salida y solo perdió una posición, que recuperó enseguida para irse tras la estela de Biaggi. El piloto romano impuso un ritmo muy elevado que Valentino seguía con mucho esfuerzo. Biaggi se giraba en la misma zona del circuito para comprobar si su rival era capaz de mantenerse a su rueda y Rossi le saludaba con la mano simulando que iba cómodo. El Doctor no tomó la iniciativa en ningún momento porque le costaba mucho seguir a su rival y porque sabía que después de estudiarlo durante toda la carrera, tendría ventaja en las últimas vueltas. Sin embargo, Rossi venció en solitario porque el neumático delantero de Biaggi no soportó el ritmo infernal al que su piloto le estaba sometiendo. Tras la caída, Max se reincorporó a la prueba y sumó algunos puntos pero tuvo que ver como su gran rival se escapaba de nuevo en la clasificación.
La cita de Brno marcó un punto de inflexión. De ahí en adelante Biaggi empezó a cometer más errores y sus opciones al título se esfumaron en poco tiempo. En Estoril se cayó en carrera y cuando se reincorporó a la misma estuvo a punto de irse al suelo otra vez. Mientras tanto Rossi conseguía una nueva victoria. Max parecía descentrado y acumulaba dos errores seguidos. En Valencia la lluvia condicionó la carrera y Valentino se limitó a controlar a su rival, finalizando por detrás de él (11º) y perdiendo un solo punto. La cita de Motegi exigía una respuesta contundente de Biaggi para conservar alguna opción de cara al título. Delante de los hombres fuertes de Yamaha, Max lideró la prueba durante varias vueltas hasta que sufrió la enésima caída perdiendo el tren delantero. Aunque volvió a pista y sumó algunos puntos, la victoria de Rossi dejaba el mundial visto para sentencia. Valentino se lamentaba por la resistencia de la YZR ya que siempre que Biaggi se iba por los suelos su moto no sufría daños graves y le permitía reincorporarse a la carrera.
El circuito de Phillip Island fue el escenario en el que Rossi logró coronarse en la categoría reina y la carrera no pudo ser más espectacular (los nueve primeros clasificados pasaron por meta con menos de tres segundos de diferencia entre ellos). En las últimas vueltas Biaggi y Rossi se intercambiaban la posición para intentar lograr unos metros que les aseguraran la victoria. Valentino no necesitaba el primer puesto para ser campeón pero quería coronarse por todo lo alto. Al iniciar la última vuelta Max logró medio segundo de ventaja que le daba cierta tranquilidad, pero Rossi no arrojó la toalla y a mitad del circuito consiguió reengancharse. La YZR de Biaggi era muy rápida en la recta, en parte porque Max hacía mejor que sus rivales el viraje de entrada a meta y, por tanto, salía con más velocidad. Valentino sabía que debía atacar antes porque no tendría posibilidades saliendo detrás de su adversario. El lugar elegido fue la frenada de la bajada y para ello se abrió más que Biaggi en el viraje anterior para poder abrir gas antes y tener opciones de disputar la frenada. Ganó el interior, no se pasó de frenada y salió del viraje como virtual ganador. Max intentó superarle por rebufo y estuvo a punto de conseguirlo (se quedó a 0.013) pero se tuvo que conformar con el segundo puesto pese a que realizó una de sus mejores carreras de la temporada.
Los dos Grandes Premios que restaban para finalizar la temporada vieron como Rossi conseguía la victoria pese a que tenía el título en el bolsillo. En Sepang venció con más de tres segundos de ventaja mientras Biaggi se llevaba por delante a Kenny Roberts. La última cita del mundial se disputaba en Brasil y Valentino tuvo que emplearse a fondo para lograr el triunfo. Rossi quería despedirse de su querida NSR 500 con una victoria pero la lluvia obligó a detener la carrera cuando se habían disputado unas pocas vueltas y Rossi lideraba con dos décimas de ventaja. En la reanudación (se tenían en cuenta los tiempos de la primera manga para la parrilla y para el resultado final de la carrera, es decir que si tenías tres segundos de desventaja cuando se suspendió la carrera partías con tres segundos de desventaja aunque estuvieras a rueda del líder) y con el asfalto parcialmente mojado Checa se mostró como el piloto más rápido e hizo que Valentino sufriera para lograr un triunfo ansiado. Cuando todo parecía perdido Checa se encontró con un doblado en el último viraje y Rossi se aproximó a él de forma que resultó vencedor en la suma de tiempos. Valentino logró coronarse con unas motos que para él siempre resultaron muy especiales. Su éxito se sustentó en la notable progresión llevada a cabo desde su salto de categoría. En su segunda temporada en la categoría reina Rossi aprendió a conducir una 500. Destacaba como frenador, tenía un gran control del gas y sabía controlarse para minimizar los errores. Supo trabajar junto a su equipo para hacer de la NSR la moto más competitiva de la parrilla y estuvo delante en casi todas las pruebas. Mientras tanto Biaggi vio como su eterno rival conseguía el objetivo que él llevaba persiguiendo varios años. Sus tres victorias resultaron un bagaje insuficiente pero su mayor lastre fue la gran cantidad de errores que cometió cuando llegó el momento decisivo de la temporada. Además el piloto romano no fue capaz de encajar la derrota y no dudó en achacarlo únicamente al rendimiento de la Honda, en lugar de reconocer sus errores o los méritos de su rival.
Em este enlace podéis encontrar una gran selección de carreras de 500 agrupadas en una sola página. Muy recomendable.
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