lunes, 15 de junio de 2009

Bautista y Aoyama se destacan

Tras la caída de Simoncelli la carrera fue muy cómoda para Bautista. El piloto de Talavera se encontró en el escenario que más le gusta y no dio opción a sus rivales. Pero en las primeras vueltas Álvaro tuvo algunos problemas que solventó rápidamente. Recuperó posiciones enseguida para evitar que Marco tomara el liderato e impusiera su ritmo mientras otros pilotos le bloqueaban. Esta temporada Bautista se está mostrando más agresivo y su rendimiento en el cuerpo a cuerpo ha mejorado, algo importante ya que en 2008 éste fue su talón de Aquiles. Su renta con el piloto de Gilera es de 47 puntos y, sin ser definitiva, le da cierto margen.
En un fin de semana delicado, Aoyama logró un resultado inimaginable a mitad de carrera. El piloto de Honda sale fortalecido de Montmeló ya que consiguió una buen botín en dos trazados que benefician a las RSA y continua siendo la mayor amenaza para Bautista. Su actuación fue especialmente meritoria teniendo en cuenta los problemas técnicos que tuvo en su moto y que le hicieron perder varios segundos. Pero fue capaz de rehacerse y recuperar la diferencia con Pasini y Barberá gracias a una espectacular segunda mitad en la que rodó regularmente en 46 altos. Probablemente su Honda castigó menos los neumáticos y le permitió mantener un ritmo similar al de Bautista durante buena parte de la prueba.

Barberá dio una nueva demostración de su irregularidad. El piloto valenciano necesitaba un buen resultado tras las últimas carreras y tras lo visto en los entrenamientos todo indicaba que podría luchar con Bautista y Simoncelli. Una vez que la diferencia con Álvaro superó el segundo, Héctor no fue capaz de bajar a 46 en toda la carrera. Analizando sus tiempos por parciales se puede comprobar como Barberá es capaz de hacer muy rápido un sector una vuelta y perder varias décimas en el mismo parcial el giro siguiente. Recurre constantemente a la improvisación y, al no tener referencias claras (de frenada, aceleración, etc.) es más proclive a cometer errores. Durante todo el fin de semana se pudo ver como tenía grandes problemas de estabilidad en frenada ya que la moto le daba numerosos bandazos. Esto le hizo ser más conservador durante buena parte de la carrera y apurar las frenadas solo en determinadas situaciones. En su lucha con Aoyama cometió un error de concentración. Le cerró la puerta en la curva Seat (la más indicada para que Aoyama lanzara su ataque) pero no hizo lo mismo en la Caixa, el punto donde habitualmente se deciden las carreras.
La victoria de Mugello fue un estímulo para Pasini, un piloto con mucho talento pero que no es capaz de estar el nivel que cabría esperar de él. Su fin de semana fue bastante mejor de lo habitual pero en carrera mostró sus habituales lagunas. Le faltó ser más constante para luchar con Barberá por el pódium y para defenderse de Aoyama. Mattia es rápido a una vuelta pero aún tiene problemas para mantener un ritmo alto cuando los neumáticos se desgastan, algo inadmisible teniendo en cuenta que esta es su segunda temporada en el cuarto de litro. Cuando Barberá le superó no volvió a rodar rápido y apenas opuso resistencia frente a Aoyama. El pódium le hubiera venido bien para tomar más confianza y darle cierta continuidad a sus resultados, pero no hizo méritos suficientes para lograrlo. Pasini debe dar la cara en las siguientes citas y mostrarse como uno de los hombres fuertes de la categoría. No puede esperar a Misano, donde su motivación estará al máximo, para volver a luchar por el triunfo.
Simoncelli llegaba a Montmeló dispuesto a vivir un nuevo episodio de su particular cruzada contra los pilotos españoles. Durante los entrenamientos el público le dedicó pitos y abucheos. Marco confesó que este comportamiento se debía al miedo que sentían los aficionados respecto a sus posibilidades de victoria en el feudo de sus rivales. Su participación en carrera fue muy breve ya que cometió un error impropio de él. Simoncelli destaca por controlar con maestría su moto cuando rueda al límite, pero en esta ocasión sufrió una caída -perdiendo el tren delantero- que podría haber evitado. El lance se produjo cuando Barberá le cogió el rebufo e hizo amago de superarle. Tal vez este error sea fruto de toda la presión que Marco está cargando sobre sus hombros a base de maniobras polémicas y declaraciones que solo sirven para caldear el ambiente. En cualquier caso, Simoncelli demostró en las dos vueltas que estuvo en carrera que su pilotaje está a un gran nivel. Cuando frenaba en el mismo punto que Bautista, era capaz de detener la moto en menos tiempo lo que le permitía dar el primer golpe de gas cuando apenas estaban entrando en la curva. Esto le ayuda a salir de los virajes encima de sus rivales y estar permanentemente en posición de ataque.

PD: El lunes o el martes como muy tarde colgaré el análisis de la carrera de MotoGP.

3 comentarios:

telémaco24 dijo...

Gran análisis.

Barberá es un piloto mediocre, de arreones, pero que nunca será campeón.

Simoncelli no creo q acusara ninguna presión, simplemente se cayó, a todos les pasa alguna vez.

Pasini hay q recordar q si no me equivoco no lleva una RSA, y eso se tiene q notar, no? además, es un piloto muy irregular y fragil psicológicamente hablando.

Espero tu análisis del carrerón de motogp.

Unsaludo!!!

telémaco24 dijo...

Por cierto, lo de copiarte los artículos era una coña, pq me parecen geniales. Lo q suelo hacer es "publicitarte" en nbadictos.es una web donde hablamos de nba y de todos los demás deportes, así q antes de hacer un corta-pega, pongo un link para tu blog en los comentarios de la web y punto.

Sigue así!!!!

Anónimo dijo...

La caida de Simoncelli alegró a la gran mayoría de espectadores, pero su consecuencia fué que la carrera fué de un aburrimiento total, en la televisión aun te distraen con sus comentarios mas o menos interesantes, pero en el circuito fué un bodrio a no ser por el adelantamiento de Ahoyama a Barberá que animó algo la cosa, el sopor de la prueba fué similar a la victoria de Lorenzo en 2007, todavía mas aplastante. Era urgente acabar con esta categoría con tantas diferencias, consecuencia directa del poder económico de los pocos equipos con posibilidades de hacer algo.