jueves, 21 de enero de 2010

Vender la piel del oso antes de cazarlo III

Tras la fuga de KTM, la temporada 2009 se presentaba como un monomarca Aprilia en el que Simoncelli y Bautista serían los protagonistas, pero junto a ellos habría unos cuantos secundarios con mucho potencial (Talmacsi, Di Meglio) o necesitados de buenos resultados (Barberá, Pasini, Debón, Luthi). Pocos repararon en que Honda permanecía en el campeonato y que Takahashi había firmado un gran final de temporada, pese a sus problemas físicos, subiendo varias veces al pódium (Misano, Cheste) gracias a una Honda que se estaba mostrando (en términos de velocidad punta, porque el chasis siempre funcionó bien) mucho más competitiva que cuando estaba en manos de Dovizioso. Además la salida de KTM promovió la vuelta a casa de Aoyama, quien tenía una amplia experiencia con la RSW, pues fue precisamente él quien se encargó del desarrollo (tanto en Japón como en el mundial) de la máquina de HRC.

Durante la pretemporada Aprilia apenas realizó cambios en sus motos. El mayor cambio vino de los nuevos compuestos que Dunlop puso a disposición de los pilotos y que obligaron a trabajar en la puesta a punto. Mientras en Noale existía cierta relajación ya que daban el título por seguro, en el Team Scott trabajaban al máximo para mejorar la Honda RSW una vez que HRC les dio permiso para evolucionar la moto por su cuenta. Además tenían a su disposición los datos de telemetría y reglajes de temporadas anteriores lo que también sería de gran ayuda. Simoncelli y Bautista fueron los grandes dominadores de la pretemporada aunque hubo otros pilotos que dejaron buenas sensaciones. Barberá fue evolucionando poco a poco tras su lesión y Aoyama firmó cronos interesantes en algunos circuitos. Entre los novatos, Di Meglio sorprendió por su rápida adaptación pero Talmacsi tampoco se quedaba atrás y ambos superaron en los entrenamientos a pilotos con más experiencia.

La temporada comenzó con el desconcertante fin de semana de Qatar. Simoncelli llegó con una reciente lesión en el escafoides y su participación estaba en el aire. Además la lluvia caída durante la prueba de 125 hizo que la carrera de 250 se disputara a la mitad de las vueltas previstas y con un asfalto en malas condiciones. Barberá se hizo con la victoria mientras Bautista sufría por su mala salida y por un prematuro desgaste de los neumáticos. Con la baja de Simoncelli, Álvaro perdía una buena oportunidad de sacar puntos a su mayor rival. Aoyama finalizó cuarto superando por rebufo (sorprendentemente) a dos pilotos en la última vuelta. Un resultado muy positivo teniendo en cuenta que el de Qatar es uno de los trazados que peor le podía ir a las Honda. En Motegi Bautista supo recuperarse de su mala salida y remontó hasta ganar en solitario, favorecido por los problemas mecánicos de un Simoncelli muy recuperado de su lesión. Aoyama subía al pódium en casa pero sin poder llevarse lavictoria delante de sus aficionados. Sin embargo el japonés pudo vengarse en Jerez tras realizar un planteamiento de carrera brillante, y se postulaba como un contendiente al título dado su liderato, aunque serían los circuitos rápidos los que medirían sus posibilidades reales. Simoncelli finalizaba tercero tras un fin de semana lleno de problemas con el tren delantero (sufrió dos caídas en entrenos y en carrera estuvo a punto de irse al suelo) y acumulaba una importante desventaja en el campeonato.

Las citas de Le Mans y Mugello tuvieron a la lluvia como protagonista, circunstancia queMarco aprovechó para lograr buenos resultados (primero y segundo respectivamente) y recortar puntos. Sin embargo en Mugello protagonizó una maniobra punible en la que sacó de pista a Bautista. Aunque no le sancionaron, el aviso recibido por parte de la Dirección de carrera le obligaría a ser más prudente de ahí en adelante. La carrera de Montmeló fue plenamente satisfactoria para Álvaro al conseguir la victoria y aumentar las diferencias con un Simoncelli que se fue al suelo cuando más fuerte parecía. Aoyama finalizó segundo tras dos carreras bastante flojas y lo hizo sobreponiéndose a los problemas técnicos de su Honda. Bautista lideraba el campeonato con bastante ventaja sobre el piloto de Gilera, pero Aoyama estaba a pocos puntos y empezaba a demostrar que, a base de regularidad, sería un candidato serio al título. Bautista se encontraba en un momento dulce. Las salidas eran su único punto débil pero hasta entonces no le habían pasado factura y su buen trabajo se veía recompensado por el interés de varios equipos de MotoGP. Por un lado Suzuki volvía a apostar por él mientras que Aspar, que estaba terminando de definir su proyecto en MotoGP, intentaba persuadirle para que firmara con él.

Mientras el mercado de fichajes se iba llenando de rumores el campeonato continuaba y la cita de Assen dio un vuelco a la situación del cuarto de litro. Álvaro e Hiroshi ejercieron como líderes y pelearon durante la prueba por la victoria, pero un error de cálculo de Bautista le hizo chocar con Aoyama y le impidió sumar puntos mientras su rival sumaba su segunda victoria de la temporada y recuperaba el liderato. Esta caída marcó la temporada del talaverano, quien a partir de ahí fue de más a menos. En Sachsenring y Donington sus opciones de victoria se esfumaron tras una desastrosa salida ya que en ambas citas demostró tener un ritmo con el que habría podido vencer. Durante el parón veraniego Álvaro estuvo pensando mucho sobre su futuro en MotoGP y llegó a declarar que podría hacerlo bien sobre la Ducati al tener un pilotaje parecido al de Stoner; un claro guiño hacia Aspar. Pero no tardó en decantarse por la opción de Suzuki, una fábrica que lleva mucho tiempo en horas bajas, pero que al menos le permite ser piloto oficial desde el principio. Darle la noticia a Aspar fue seguramente uno de los peores tragos por los que ha tenido que pasar Bautista, ya que Jorge apostó por él cuando nadie lo quería y siempre le dio el mejor material permitiéndole vivir juntos la mejor etapa de su carrera deportiva.

La temporada continuó en Brno con una victoria de Simoncelli que, aprovechando la mala salida de Bautista, abrió hueco con todos menos con Pasini quien no se mostró muy combativo en las últimas vueltas. Tras todas las caídas sufridas en la primera mitad de la temporada, Marco decidió volver a utilizar la horquilla delantera del año anterior y su confianza mejoró notablemente con este cambio. Mientras tanto Bautista trataba de mantener la mente centrada en el campeonato, pero tenía que convivir con Aspar y la relación entre ambos se enrareció. Ambos seguían dando el máximo para obtener el título, pero en sus comparecencias públicas se veía a un Álvaro muy nervioso cuando tenía que hablar de MotoGP mientras que Jorge no dudaba en declarar públicamente (de muy buenas maneras, eso sí) que la decisión de fichar por Suzuki le había decepcionado. Probablemente estos problemas terminaran afectando al rendimiento del piloto quien ya no encontraba tanta serenidad en el box como antaño. De hecho, de ahí en adelante se vio una de las peores versiones de Bautista en 250. En Indianápolis una mala salida le volvió a condenar en la que fue su última buena carrera en el cuarto de litro, ya que al menos fue capaz de realizar una gran remontada y de mantener un ritmo muy alto.

La fase decisiva del campeonato comenzaba en San Marino y Álvaro tuvo problemas de puesta a punto durante todo el fin de semana, tal y como le había sucedido el año anterior. Le costaba marcar buenos cronos en entrenamientos porque al salir con depósito lleno la moto era difícil de conducir. Comparando con las primeras carreras del año, se veía a un Bautista que tenía problemas para hacer girar la moto, como si ésta fuera muy pesada, y no encontraba unos buenos reglajes para el tren delantero que le dieran mayor agilidad a su moto. Si a esto le sumamos sus malas salidas y las dificultades para superar a los pilotos que frenaban tarde, el resultado era lógico: Álvaro sufría encima de la moto para conseguir resultados aceptables. En Misano sufrió lo indecible para terminar, in extremis, por delante de Aoyama. La nota positiva era que su compañero estaba cada vez más entonado y no dudaba en ayudarle durante las carreras. Las tres pistas que precedían al Gran Premio de Valencia (Estoril, Phillip Island y Sepang) se presentaban a priori como muy favorables para el piloto español y para su montura. Sin embargo todo se torció con la caída sufrida en el trazado portugués, por culpa de un gripaje. Sus opciones al campeonato pasaron de golpe a ser muy reducidas, sobre todo teniendo en cuenta que Simoncelli llevaba ya tres victorias consecutivas y parecía el piloto más en forma de la categoría.

En Phillip Island y Sepang el guión habitual se repitió. Mala salida que le obligó a remontar y después dos caídas poco habituales, probablemente fruto de la falta de concentración. Con estos resultados no solo vio como se le escapaba el mundial, sino que primero Simoncelli y después Barberá le superaron en la clasificación, dejándole en un cuarto puesto claramente decepcionante. En Cheste no pudo despedirse de la categoría de forma positiva, ya que volvió a tener problemas en los entrenamientos y no realizó una gran salida. El segundo puesto firmado en carrera se debió a los errores de sus rivales (Aoyama, Simoncelli, Di Meglio) y no a un rendimiento acorde con su categoría. Y es que, en general, esa ha sido la nota dominante en su paso por el cuarto de litro. Álvaro ha dado muestras de su calidad como piloto pero ha mostrado demasiados lunares que le han alejado del título año tras año. Su progresión como piloto no ha sido la ideal y, en situaciones de presión, su rendimiento ha bajado. Aunque su llegada a MotoGP se producirá sin un título que muchos daban por seguro, Bautista deberá demostrar, con la poco competitiva Suzuki, que tiene una plaza entre los grandes.

martes, 12 de enero de 2010

Vender la piel del oso antes de cazarlo II

La temporada 2008 comenzó de mala manera ya que Bautista finalizó sexto en Qatar por unos problemas de neumáticos que le apartaron de una victoria bastante factible (él y Barberá marchaban escapados cuando comenzó a perder puestos). En Jerez fue una rotura en su RSA lo que le apartó de un triunfo que Simoncelli intentaba disputarle. La fragilidad de la nueva máquina de Aprilia era un factor previsible, pero con estos dos primeros resultados, Kallio (a priori su rival más peligroso) conseguía una ventaja importante en el campeonato. Finalmente en Estoril Álvaro logró su primera victoria tras escaparse en solitario en unas circunstancias complicadas. Una leve lluvia hizo acto de presencia y dejó el asfalto en malas condiciones. Bautista sabía que necesitaba esa victoria y corrió más riesgos que sus rivales, ganando la carrera y mejorando su posición en el campeonato. Parecía que su despegue estaba a punto de producirse, sin embargo las siguientes pruebas no hicieron más que contradecir esta sensación.

El agua fue protagonista en Le Mans y Bautista realizó una mala salida lo que unido a su precaución inicial (al montar neumáticos de seco con el asfalto mojado) le hicieron perder cualquier opción a conseguir un resultado aceptable. El piloto de Aspar llegaba a Mugello con la necesidad de conseguir una nueva victoria y con la esperanza de que el feudo de Aprilia fuera una vez más talismán para sus pilotos y perjudicial para sus rivales, en este caso la KTM de Kallio. Bautista imprimió un ritmo muy elevado a la prueba con el que consiguió desembarazarse de un Simoncelli muy motivado pero que no podía seguir a las RSA en las rectas. Cuando la diferencia superaba el segundo, Álvaro se fue al suelo incomprensiblemente, en un intento de aumentar aún más las diferencias y poder correr con mayor tranquilidad en las últimas vueltas. Este nuevo revés complicaba mucho sus opciones en el campeonato ya que en apenas cinco pruebas había cubierto el cupo de errores que se puede permitir un aspirante al título. Marco logró la victoria en su casa tras la polémica maniobra con Barberá y demostró que estaba más centrado que nunca y que el enorme salto de calidad que estaba protagonizando le podía conducir a la pelea por el título. Álvaro llegó a Montmeló con la obligación de ganar por correr delante de su público y en un circuito que favorecía nuevamente a su RSA frente a las KTM y la RS-LE de un Simoncelli cada vez más crecido que no dudaba en presionar a Sacchi y Dall'Igna para que le dieran la RSA. La carrera fue un duelo entre Bautista, Marco y Barberá, aunque este último se quedó descolgado en las últimas vueltas cuando los dos primeros rodaron en tiempos de record. En la última vuelta, cuando Álvaro tenía una ventaja que imposibilitaba cualquier ataque, cometió un error al frenar demasiado tarde en la curva La Caixa y Marco aprovechó para colocarse primero y ganar contra todo pronóstico. El piloto de Gilera conseguía encadenar dos victorias consecutivas en dos de los trazados que más le podían perjudicar, lo que aumentaba el valor de su gesta y hacía que en Noale empezaran a pensar en él como un candidato al título. Sobre todo viendo la irregularidad de Kallio quien siempre sumaba puntos pero nunca pelaba por la victoria. Además, el teórico número 1 de Aprilia se encontraba muy distanciado en la tabla y no conseguía traducir su ritmo de carrera en victorias bien por errores propios, o por estrategias bastante limitadas (tirar siempre en cabeza con Marco estudiándole).

La prueba de Assen supuso un rayo de esperanza en la temporada de Bautista ya que consiguió su segunda victoria metiendo entre él y sus principales rivales a un Luthi hasta entonces desaparecido que se quejaba, junto a otros pilotos (entre los que no estaba Bautista), de la falta de manejabilidad de la RSA. Pero esta victoria tuvo algunos condicionantes muy importantes que facilitaron la labor del piloto español. Marco tuvo que ver cómo, primero Luthi y luego Barberá, le sacaban de la trazada en las dos primeras curvas; haciéndole perder muchas posiciones e impidiéndole formar parte del grupo de cabeza. A mitad de carrera la lluvia hizo acto de presencia pero Bautista supo gestionar bien la carrera y atacar cuando las condiciones volvieron a serle favorables. Mientras tanto en Noale decidían que Marco había hecho méritos para pilotar la RSA (que por entonces había ganado en fiabilidad) y se ponían los cimientos para el cambio de moto planificando un test en Brno y anunciando la decisión en el Gran Premio de Donington. Precisamente en Donington Kallio logró el triunfo que le permitió mantener el liderato, favorecido por la lucha de Simoncelli y Bautista. Marco se presentó como un ciclón en Sachsenring a lomos de su nueva montura y dominó los entrenamientos, disputados en seco, y la carrera que se celebró bajo una intensa lluvia. De un plumazo cerró cualquier debate sobre la adaptación a su nueva moto. Cabe destacar que Marco utilizó, por seguridad, una de la unidades de Locatelli, mientras que las dos nuevas RSA (que en principio estaban destinadas únicamente para él) se quedaron en el box como segunda unidad de los pilotos de Gilera.

La primera mitad de temporada había resultado desastrosa para Bautista, aunque la nota positiva es que aún mantenía opciones en el campeonato. Sin embargo tendría que pensar en cómo frenar a Simoncelli, quien se había mostrado muy fuerte con una montura inferior y ahora contaría con sus mismas armas. En Brno Simoncelli bajó en la última curva del primer puesto al tercero, viéndose superado por Debón y Bautista. Pero demostró que con su nueva moto podía pasar a utilizar estrategias menos conservadoras y a ser él quien impusiera un ritmo elevado a las carreras. De ahí en adelante se produjo un importante cambio en el campeonato que poco a poco se reflejaría en la clasificación. Kallio continuaba desaparecido en combate y las evoluciones de Bartol no dieron el efecto deseado ya que las KTM se mostraron poco fiables de ahí en adelante sufriendo sus pilotos varias roturas (de hecho Mika rompió en Misano, la siguiente cita). Precisamente en San Marino, Álvaro logró su tercera victoria de la temporada y, como ocurrió en las anteriores ocasiones, lo hizo favorecido por las circunstancias. El piloto español tuvo infinidad de problemas de puesta a punto durante el fin de semana y salió a carrera muy retrasado aunque con la esperanza de haber revertido la situación en el warm-up. El aumento de temperatura hizo que tanto Barberá como Simoncelli, los pilotos más rápidos en entrenamientos, no rodaran tan rápido como lo habían hecho hasta entonces. Además ambos pilotos se enfrascaron en una lucha feroz (en varios momentos muy poco limpia) que facilitó la llegada al grupo de Bautista y que terminó derivando en la caída de Simoncelli y en que Héctor se quedara descolgado. De un golpe Álvaro recortaba puntos y veía como sus opciones al campeonato aumentaban al postularse como el gran rival de Simoncelli.

Las tres citas transoceánicas serían definitivas en la resolución del campeonato y, en ellas, los dos contendientes estuvieron a su máximo nivel. Bautista realizó un mala salida en Motegi (algo que no era tan habitual en 2008, de hecho cuando Simoncelli corría con la RS-LE siempre tenía mucho cuidado de mantener controlado a su adversario en las primeras vueltas) y tuvo que luchar durante toda la carrera para recortar las diferencias con Marco. Cuando se pegó a su rueda, el piloto de Gilera forzó aún más el ritmo, batió el histórico record de Kato (que permanecía vigente desde el año 2000 cuando Daijiro y Nakano se jugaron el honor frente a su afición) y no permitió el ataque del español. La prueba de Phillip Island podría decidir el título y Simoncelli salió al ataque desde el primer momento. Bautista intentaba frenarle para que las KTM se mantuvieran con ellos, pero en varias ocasiones sus intentos de adelantamiento no daban resultado y perdía bastante tiempo. El problema era que Bautista no metía la moto con la decisión necesaria y Marco nunca le dejaba el espacio para meterse, obligando al piloto español a rectificar su trazada para no tocarse. Simoncelli tiraba fuerte en cabeza sin distanciar a Bautista pero obligándole a ir muy forzado. En las últimas curvas, un error del italiano posibilitó el ataque de Bautista, pero una vez más Simoncelli le cerró el hueco utilizando su propio cuerpo y se hizo con una victoria muy importante.

En Sepang Bautista ganó la carrera y Simoncelli, que fue tercero, logró el título. La actitud conservadora del italiano facilitó el trabajo a su rival, quien, de esta manera, sumaba su cuarta victoria de la temporada. Pero en Cheste Marco se vengó del español siendo el gran dominador del fin de semana y demostrando con su pilotaje porque merecía ser el campeón. Bautista terminó la temporada con mal sabor de boca y con muchas cosas en las que pensar en los siguientes meses. Por un lado, ya en 2008 se comenzó a hablar de su paso a MotoGP con Suzuki aunque la no consecución del título terminó por frenar esta opción. Por otro lado, al permanecer un año más en 250 reeditando sus duelos con Marco, debería mejorar en el cuerpo a cuerpo ya que el italiano le había superado claramente en esta faceta, sobre todo cuando el campeonato alcanzaba los momentos de mayor tensión.

PD: Lamento el parón tan largo que ha tenido el blog. Entre el final de las prácticas con muchos viajes y mucho papeleo; la vuelta a casa, las navidades... no he tenido demasiado tiempo para escribir. Además he aprovechado para tomarme un tiempo y cargar pilas para este nuevo año. De ahora en adelante volveré a escribir con regularidad (en pocos días subiré la tercera y última parte de este artículo). Dado que el mundial estará parado unos meses aprovecho para deciros que, como siempre, podéis dar ideas en cuanto a artículos o temas sobre los que queráis que escriba. Tengo algunos pensados, pero seguro que se os ocurren temas muy interesantes en los que no había pensado.