lunes, 30 de marzo de 2009

Rossi vs Sete: La premonición de Doohan (2º parte)

En su paso a Ducati apenas necesitó periodo de adaptación y marcó buenos cronos desde el principio. La base de la temporada anterior era buena y Sete supo realizar los ajustes precisos para hacer de la Desmosedici GP6 el prototipo más competitivo de Ducati en la era 990. Capirossi no era el responsable de poner a punto la moto sino que su objetivo era conseguir victorias y buenos resultados. Esto hacía que Gibernau se encargara de la evolución (junto a Guareschi, el piloto probador) labor que ya había desempeñado en Honda y una de las razones por las que la fábrica italiana le contrató. Sus tiempos en el test de Sepang fueron espectaculares y sembraron de optimismo el box de Ducati. Sin muchos kilómetros a bordo de la GP6 marcaba unos cronos que asustaban y la prensa le situaba como uno de los candidatos al título. La adaptación a los Bridgestone fue buena, en parte porque la nueva gama de neumáticos japoneses era mucho más competitiva. Por primera vez en la era MotoGP Ducati era candidata al título, pero la temporada de Sete estaría plagada de problemas.



En la primera cita del mundial llegó el primer revés para el piloto español. Se encontraba en los primeros puestos y tenía un gran ritmo de carrera, sin embargo su Desmosedici le dejó tirado y tuvo que abandonar por un fallo mecánico. En Qatar finalizó cuarto tras Capirossi (que había ganado en Jerez) pero este resultado no tuvo continuidad ya que los siguientes Grandes Premios le dejaron un bagaje de puntos bastante pobre. Con la visita al circuito de Mugello, Sete recuperó la competitividad delante de los "Ducatistas". Lideró la prueba durante las primeras vueltas, pero en los compases finales un extraño problema con la bota le hizo perder tiempo y no pudo contactar nuevamente con el grupo de cabeza. Rossi consiguió la victoria y recuperó algunos puntos mientras Gibernau se tuvo que conformar con la quinta plaza. El Gran Premio de Cataluña fue decisivo en la carrera deportiva de Sete y en las aspiraciones de Ducati para hacerse con el título. El piloto español originó una caída múltiple en la que Capirossi, Melandri y él salieron malparados. Gibernau se lesionó en el hombro y se perdió las citas de Assen y Donington Park. De ahí en adelante su temporada fue desastrosa y ni siquiera logró dar la cara en los circuitos en los que el binomio Capirossi-Bridgestone arrasaron. Sus únicos resultados destacables fueron un quinto puesto en Sepang y un cuarto en Phillip Island en el que fue su "último duelo" con Valentino. Aunque el duelo en sí duró una curva. Rossi venía remontando en las últimas vueltas y, tras superar a Hayden, alcanzó a Gibernau en el último viraje y le adelantó a la salida porque consiguió traccionar mejor. En Motegi repitió cuarto puesto, pero Valentino había evitado que Sete se despidiera del mundial sumando algún pódium en Ducati. Y es que la mala fortuna volvió a castigar al español en Estoril. Stoner se lo llevó por delante en la primera vuelta y Sete se volvió a lesionar del hombro con lo que no pudo participar en el Gran Premio de Valencia. Con Gibernau fuera de combate Ducati consiguió su primer doblete en MotoGP (Bayliss 1º y Capirossi 2º) y Rossi sufrió una caída que le hizo perder el mundial.

Sete no tardó en comunicar su retirada del motociclismo, tras la cual volvieron los elogios y se valoraron justamente los magníficos duelos que mantuvo con Valentino. Gibernau aseguraba que había tomado esta decisión en frío, teniendo en cuenta sus problemas físicos y sabiendo que podría dedicarse a otros proyectos más allá del deporte. Sin embargo no tardaría en picarle el gusanillo de la competición y la pasada temporada se dejó ver por el paddock para mantener contactos con los equipos del mundial con vistas a una posible vuelta al mundial. Ducati le ofreció la posibilidad de probar la GP8 en un test privado y los resultados fueron esperanzadores. Se empezó a especular con que Gibernau sustituyera a Melandri en el equipo oficial, pero esta opción no se concretó por temas contractuales. Pero su retorno era inminente, Sete participará en el mundial en el nuevo equipo formado por los hermanos Nieto y con el patrocinio de Paco Hernández (El Pocero). Sin embargo no las tendrá todas consigo ya que sus problemas físicos han reaparecido tras algunas sesiones de entrenamiento.
Aunque sus opciones en la temporada entrante no sean excesivas, Gibernau fue capaz de alcanzar un nivel impensable viendo su rendimiento con las antiguas 500 (corrió en los equipos oficiales de Honda y Suzuki sin grandes resultados). Protagonizó dos temporadas magníficas en las que alcanzó el subcampeonato y luchó contra un Rossi inspirado. Demostró que podía correr un campeonato con regularidad y marcando el ritmo en solitario, no solo aguantando a rueda del piloto que le precedía. Pero también dejó a la luz ciertos defectos cuando debería haber demostrado su experiencia y aprendizaje. El mayor error fue su incapacidad para transformar su gran ritmo de carrera en victorias. Rossi le tomó la medida y desarrolló una estrategia a su medida y Gibernau no supo darle respuesta pese a que el guión que Valentino llevaba a cabo se repetía constantemente. Sete se mostró siempre muy caballeroso con su rival aunque éste no le correspondiera a partir del lance de Qatar. Su relación pasó de la amistad al odio pero el piloto español no quiso entrar en el mismo terreno que Rossi. Mientras Valentino se centraba en machacar a su adversario, Gibernau acusaba la nueva situación y empezaba a encadenar errores. La mala suerte precipitó la caída de Sete pero fueron sus caídas por falta de concentración las que más le perjudicaron. Además rara vez reconocía sinceramente sus fallos y esto también le pasaba factura ya que le impedía poner solución a sus problemas. (En lugar de afrontar sus errores perdía el tiempo en buscar excusas.) Pese a todo, Gibernau protagonizó grandes duelos con Valentino y fue uno de los pilotos que más le obligaron a esforzarse. Ningún piloto le ha hecho cometer tantos errores (principalmente pasadas de frenada en la última vuelta) aunque otros han sido capaces de batirle en más ocasiones. Valentino también aprendió de la rivalidad con Sete. En la actualidad es difícil verle cometer errores como los que cometía luchando contra Gibernau. Pocas veces regala una segunda oportunidad.

PD: No he podido colgar los vídeos en los que Valentino habla sobre su rivalidad con Gibernau porque me daba error al colgarlos. Aquí os pongo los enlaces (la entrevista está en italiano)

Rossi habla sobre Sete 1:http://www.youtube.com/watch?v=ARaZwky6l-Y

Rossi habla sobre Sete 2:http://www.youtube.com/watch?v=JlxUoLek2tc

viernes, 27 de marzo de 2009

Rossi vs Sete: La premonición de Doohan (1ª parte)

Todo indicaba que la temporada 2005 sería buena para Sete. Continuaba en el mismo equipo lo que le daba estabilidad. El conocimiento mutuo simplificaba el trabajo de puesta a punto y esto se reflejaba en los cronos. Además afrontaba su tercer año junto a Juan Martínez (su ingeniero jefe), quién había trabajado antes con Burgess y Rossi en Repsol Honda (era el técnico encargado de las suspensiones) y había ayudado a Gibernau a mostrarse regular a lo largo de las anteriores temporadas. Por si esto fuera poco, su posición en Honda era envidiable ya que se encargaría del desarrollo de la RCV desde el principio. La pretemporada fue buena, e incluso consiguió el BMW en el test IRTA.

Sin embargo su carrera deportiva estaba a punto de dar un cambio negativo. Tras el incidente de Qatar la rivalidad con Rossi había dado un cambio significativo y el piloto italiano no dudaría en cobrarse su venganza. De hecho Doohan afirmó en unas declaraciones que no creía que Sete fuera capaz de volver a ganar carreras. Su nuevo compañero de equipo sería Melandri ya que Edwards había fichado por Yamaha. Marco no había destacado especialmente en MotoGP hasta ese momento, pero el cambio a Honda le sentaría bien. Aunque la pretemporada fue ilusionante para sus esperanzas, Yamaha estaba realizando un gran trabajo para revalidar el título en su 50 aniversario. La M1 mejoró en numerosos apartados. El motor tenía más potencia y el control de salidas dio un gran salto adelante. El trabajo con el chasis y las suspensiones fue muy bueno y la moto era aun más equilibrada. Esto permitiría a Rossi ser rápido en todas la pistas y no tener grandes problemas para poner a punto la moto.


La primera cita del mundial marcaría el resto de la temporada. Rossi y Sete protagonizaron en Jerez su duelo más encendido. Gibernau marcó el ritmo durante toda la carrera. Rossi atacó cuando quedaban dos vueltas para el final y comenzó la última vuelta con una ventaja que, bien administrada, debería ser suficiente. Valentino se pasó de frenada en Dry Sack y Sete recuperó la primera posición. Cuando parecía que la carrera se decidiría en la última frenada Rossi superó a Sete en "Crivillé" (la curva 11). Es un lugar poco habitual en MotoGP ya que adelantar en ese punto entraña mucho riesgo. De hecho, Valentino estuvo a punto de irse al suelo (perdiendo la rueda delantera) y Gibernau se puso primero nuevamente. La frenada de Ducados (la última curva) decidiría el ganador y Valentino no tenía la distancia y la velocidad óptima para atacar por culpa del error anterior. Sin embargo se lanzó al interior del viraje y sacó a Sete de la pista. La maniobra tuvo mucha controversia pero no fue sancionada. El Doctor realizó un ataque a la desesperada porque no era capaz de aceptar una derrota a manos de su rival. Prefirió sacarlo de pista y jugarse una caída que ser derrotado por Gibernau. Rossi se defendió diciendo que Sete también había sido poco correcto cuando le pasó saliendo de Dry Sack y que él vio un hueco y se metió, dando a entender que Gibernau debería haber cerrado más la puerta. El piloto español sufrió un golpe en el hombro que le ocasionaría más problemas en el futuro.

La carrera y lo que aconteció después sería decisivo en su rivalidad. En el corralito y en el pódium se vivieron escenas de mucha tensión con numerosas recriminaciones a Valentino. Mientras Sete se mostró como un caballero, Rossi se mofaba de su rival apoyado por su entorno. En el pódium Rossi le ofreció la mano a Sete y este se la dio de mala gana. Fueron muchos los que criticaron la caballerosidad de Gibernau ya que la encontraban incomprensible después de todo lo sucedido. La temporada continuó en el Gran Premio de Portugal donde comenzó el festival de mala suerte y errores de Sete. Durante la carrera comenzó a llover y esto permitió el estreno de la bandera blanca. Gibernau comandaba la carrera con una ventaja de un segundo sobre Barros. La lluvia se intensificó en algunas zonas de la pista y los comisarios no se decidieron a la hora de sacar la bandera que indica "superficie deslizante". Al liderar la carrera, Sete fue el primero en encontrarse esta situación y lo pagó con una caída. En China la lluvia podría favorecer a Gibernau. Tras un estupendo warm-up parecía el máximo favorito para hacerse con la victoria. Sin embargo Michelin le recomendó un neumático diferente para la carrera y este le impidió igualar las prestaciones del warm-up. Rossi vencía bajo la lluvia mientras él finalizaba cuarto. En Le Mans hizo una de sus mejores carreras de la temporada. Tras cometer un error en la chicane recuperó posiciones dando un recital de vueltas rápidas por el camino. Cuando llegó al grupo de cabeza, formado por Edwards y Rossi, no logró alzarse con la victoria porque los pilotos de Yamaha hicieron táctica de equipo y le dificultaron lanzar el ataque definitivo. Pese a sufrir una nueva derrota, parecía que Gibernau remontaba el vuelo. Esta sensación se disipó en Mugello. Tras unos buenos entrenamientos no fue capaz de seguir el ritmo marcado por Rossi y se fue al suelo cuando intentaba desembarazarse del pelotón de italianos que le precedía. A partir de ahí Valentino bajó el ritmo, permitiendo a sus compatriotas recortar las diferencias. Este hecho demostraba que Rossi aun veía a Gibernau como su mayor amenaza. La cita de Montmeló fue una repetición de lo sucedido el año anterior. Sete marcó el ritmo y a falta de dos vueltas, Valentino atacó y se hizo con la victoria. Estaba claro que el piloto barcelonés no era capaz de aprender la lección.
De ahí en adelante los resultados de Sete se empobrecieron progresivamente. En Assen y Laguna Seca no pasó de la quinta plaza. La lluvia de Donington Park le hacía albergar esperanzas. Tras ponerse en cabeza sufrió una caída cuando estaba abriendo hueco. Rossi sumó una nueva victoria tras llevarse varios sustos y cometer algunos errores. En Sachsenring cometió un error en la última vuelta que le sirvió en bandeja el triunfo a Valentino. Gibernau parecía desconcentrado y desmoralizado. No era capaz de ganar una carrera porque siempre fallaba en el momento clave. La premonición de Doohan se estaba cumpliendo y además tenía otros motivos por los que preocuparse: Melandri y Hayden eran cada vez más competitivos y le estaban dejando en evidencia frente a Honda.
La pausa veraniega debería servirle para cargar las pilas y desconectar de su pésima primera mitad de campeonato. El Gran Premio de Brno marcaría la tónica para el resto de la temporada. Gibernau estaba en forma y su ritmo de carrera parecía insuperable. Sin embargo la moto no se comportó igual durante la carrera y no pudo escaparse. Una vez más Rossi le mantuvo bajo control y le superó en los últimos compases. A falta de pocas curvas para el final la RCV con el dorsal 15 se detuvo en mitad de una curva; Sete se había quedado sin gasolina. Este lance fue la gota que colmó el vaso para el español. Tras la carrera se mostró muy disgustado por lo sucedido y amenazó con no participar en los test post-GP si no le daban una explicación a la situación que estaba viviendo. Aunque finalmente participó en los test, su futuro en Honda estaba definido. La marca no toleraría una amenaza de este calibre (Honda quería probar en esos entrenamientos la base del modelo 2006) y el propio piloto se estaba moviendo para realizar un cambio de aires. Gibernau estaba quemado por todo lo que le rodeaba. Deportivamente las cosas no funcionaban y además tenía que escuchar todo tipo de burlas y comentarios despectivos desde su propio país. Tras realizar dos temporadas formidables, la opinión pública (no tanto la prensa especializada) menospreciaba su capacidad y le señalaba como un piloto gafado.
El final de temporada fue desafortunado y estuvo marcado por los numerosos errores que cometió. En Motegi y Sepang se fue por los suelos, arrastrando consigo a Nakano ( en la caída de Sepang). La rivalidad con Melandri le jugó una mal pasada en las últimas pruebas. Sete no veía con buenos ojos que su compañero de equipo le superara y esto le añadió una presión que no fue capaz de soportar. En Qatar se pasó de frenada (saliéndose por la tierra) cuando intentó recuperar precipitadamente la posición que había perdido tras ser adelantado por Marco. En Turquía fue un error de concentración el que le hizo repetir la salida de pista de Qatar y cuando se reincorporó a la carrera no tenía opciones de luchar por el pódium. Mientras tanto Rossi se relajaba con el título en el bolsillo y su nivel de competitividad bajaba, permitiendo a Melandri estrenarse en MotoGP. La cita de Cheste puso el punto y final al campeonato. Sete volvía a quedar fuera de los puntos y Valentino no pudo inmiscuirse en la lucha entre Melandri y Hayden. Rossi cerraba una temporada brillante con 11 triunfos y ayudando a Yamaha conseguir el mundial de constructores y el primer puesto en la clasificación por equipos. La cruz de la moneda fue para Gibernau, que finalizó en séptima posición con cuatro segundos puestos como únicas visitas al pódium. Tras una temporada lamentable debía buscar equipo porque Honda apostaría en 2006 por pilotos jóvenes (Hayden, Melandri, Pedrosa, Elías) y ninguna de las partes estaba interesada en continuar con su colaboración. El trabajo del piloto barcelonés en el desarrollo de la RCV fue bueno pero no pudo aprovecharlo porque las ganas de batir a Rossi y la excesiva presión que se impuso por mejorar sus resultados le acabaron jugando una mala pasada. Por fortuna, Gibernau seguía teniendo crédito y Ducati le contrató pese a que algunas personas de la propia fábrica preferían que Checa continuara en el equipo.

PD: En este enlace tenéis unas declaraciones de Sete hablando sobre Rossi y de sus perspectivas para la próxima temporada.
http://www.marca.com/2009/03/26/motor/mundial_motos/1238082148.html


PD2: El próximo artículo será el último de este repaso a la rivalidad Rossi-Sete. Si enténdeis italiano puedo colgar dos vídeos en los que Valentino habla sobre su rivalidad. Si os parece bien transmitírmelo en los comentarios.

lunes, 23 de marzo de 2009

Rossi vs Sete: El cambio a Yamaha (2ª parte)

Gibernau se reencontró con la victoria en Brno. Rossi tuvo problemas de desgaste en los neumáticos y cuando trató de ponerse delante para frenar a Sete, éste no dio su brazo a torcer, recuperó la primera plaza, forzó el ritmo y consiguió el tercer triunfo de la temporada. En las siguientes citas (Estoril y Motegi) Valentino se resarció y finalizó siempre por delante de él. Pero en Qatar se produjo un lance que marcaría su rivalidad. Gibernau firmó la pole mientras que Rossi tendría que salir por la parte sucia de la pista. Este hecho es de gran importancia en el trazado qatarí ya que el viento empuja la arena al circuito y la suciedad fuera de la trazada es mayor de lo normal. Además era la primera vez que se corría allí con lo que el efecto era mayor. Para evitar perder tiempo en la salida, Valentino fue a quemar rueda con un scooter durante la noche (al igual que Biaggi) y el equipo de Fausto Gresini presentó una reclamación al enterarse de lo sucedido. Los dos pilotos italianos fueron sancionados y tuvieron que salir desde los últimos puestos de la parrilla. Esta situación enojó a Rossi ya que le parecía que presentar una reclamación era algo deshonesto por parte de Sete. Durante la carrera, Valentino recuperó posiciones a gran velocidad, pero se fue por los suelos al tocar la hierba. Gibernau logró la cuarta victoria de la temporada y recuperó 25 puntos, manteniendo alguna esperanza en la lucha por el mundial. Pero Rossi estaba realmente enfadado con su rival por buscar ventaja en los despachos y de ahí en adelante su relación cambiaría radicalmente. La primera muestra del "distanciamiento" se produjo en la rueda de prensa previa al Gran Premio de Malasia. Rossi no quiso saludar a Sete en ningún momento, demostrando públicamente que su rivalidad no se limitaría al plano deportivo. La buena relación que mantuvieron en otros tiempos quedaba en el olvido. Valentino venció en Sepang con Gibernau en segunda posición, pero sin opciones reales de disputarle la victoria. Rossi celebró la victoria ridiculizando al piloto español y dejando en evidencia su affaire en los despachos. Se bajó de la moto y simuló limpiar la pista con una escoba, en clara alusión al incidente de Qatar. Pero esto no fue todo. Preparó unas camisetas en las que se podía leer "Limpiezas La Rápida: para quitar la suciedad del mundial" (per eliminare lo sporco del mondiale) y las lució durante la vuelta de honor y en el corralito junto a los miembros de su equipo. Comenzaba la guerra psicológica.
La siguiente cita fue el gran premio de Australia y, para aumentar la tensión, el título estaba en juego ya que Valentino tenía muchas opciones de conseguir el campeonato en Phillip Island. La carrera fue un mano a mano entre los dos pilotos, en el que ninguno quería dar su brazo a torcer. En la última vuelta Rossi adelantó a Sete pero cometió un error y volvió al segundo puesto. A pocas curvas del final fue Gibernau el que se equivocó y Valentino recuperó la primera posición y la mantuvo hasta el final. Rossi conseguía el título en su primera temporada con Yamaha y lo celebraba con una camiseta que rezaba " Che spettacolo". Aunque no tenía ninguna necesidad de ganar la carrera, arriesgó hasta el final y selló el título de la mejor manera posible. La última prueba del mundial sería en Cheste y Rossi repitió victoria sin excesiva oposición por parte de Biaggi.

Valentino tuvo que cambiar su forma de pilotar para aprovechar las virtudes de la M1. El estilo Honda no le hubiera permitido alzarse con el título. Pero esta no fue la única transformación que se produjo. Tras conocer las características de su nueva moto, trazó un plan realista y ambicioso para batir a las poderosas RCV y supo dar las indicaciones correctas a los ingenieros así como mantener la cabeza fría a la hora de tomar un camino en el desarrollo. Gracias a este buen trabajo, Rossi tuvo una moto muy competitiva tras las primeras pruebas. La M1 seguía estando por debajo de la RCV, pero las diferencias se habían reducido lo suficiente como para luchar en una situación de relativa igualdad. Sin embargo sus compañeros en Yamaha (Checa, Melandri y Norick Abe) no fueron capaces de sacarle rendimiento a la moto en la misma medida.
Uno de los puntos clave fue la eficacia de su moto en la entrada en curva. Valentino tuvo que pilotar forzando más el tren delantero, porque en aceleración y entrega de potencia no podía competir con sus rivales (principalmente Honda, aunque también Ducati). La velocidad con la que afrontaba las curvas y llegaba hasta el centro del viraje era inalcanzable para sus adversarios. Además la M1 era muy precisa e intuitiva con lo que El Doctor podía meter la moto en curva en el momento exacto y por la trazada deseada sin que ésta se abriera hacia el exterior. Es decir, era capaz de llevar una trazada correcta, pero a mayor velocidad que sus rivales. A partir de ahí su objetivo era traccionar. No intentaba dibujar la curva con el gas, deslizando el neumático trasero, sino que hacía que la moto avanzase hacia delante. Esto le permitía llegar a las últimas vueltas con la goma trasera en mejores condiciones. Por el contrario Gibernau continuaba con un pilotaje en el que el uso del gas para hacer girar la moto era imprescindible, pero que le pasaba factura en los finales de carrera. En más de una ocasión no conseguía salir pegado a la estela de Valentino porque su neumático estaba tan degradado que no le permitía traccionar correctamente aunque levantara la moto rápido y acompañará esta acción con su cuerpo. Esto sucedía también porque Rossi retrasaba la entrada en curva mientras que Sete entraba más cerrado y su línea de salida no era tan buena como la de su rival.

Valentino había cumplido su objetivo y lo había hecho de forma brillante, consiguiendo nueve victorias. Pero no todo el mérito era suyo. Yamaha trabajó duro para desarrollar la M1 y Burgess fue muy importante en el trabajo de puesta a punto y a la hora de introducir novedades a nivel organizativo y de trabajo en el equipo. Para Sete repetir subcampeonato tenía un sabor agridulce. Esperaba poder imponerse y, al final, él fue el gran derrotado mientras que su rival conseguía un hito histórico. Había luchado contra un piloto en estado de gracia, probablemente en el mejor momento de su carrera deportiva, y le había puesto las cosas muy difíciles. Sin embargo sabía que podía haber hecho más. Quiso demostrar que era superior a Valentino imponiendo un ritmo muy alto a las carreras, pero su esfuerzo por escaparse solía resultar infructuoso. Rossi era capaz de controlarle pese a tener un ritmo ligeramente inferior y, al rodar en cabeza, Gibernau dejaba al descubierto sus puntos débiles sin llegar a conocer los de su rival. La confianza en su ritmo de carrera le impidió valorar serenamente la estrategia más acertada.
Pero Sete debía estar contento consigo mismo. Se había confirmado como el gran rival de Rossi y había demostrado ser un piloto competitivo y constante. De hecho Valentino consideraba a Gibernau su rival por el título, mientras que Biaggi o Capirossi eran adversarios ocasionales, incapaces de mantener la regularidad a lo largo de una temporada completa. Los directivos de Honda le veían como su primer piloto y le concederían el privilegio de ser el piloto encargado del desarrollo para 2005, pese a estar en un equipo satélite. Además había soportado sin problemas la competencia con Colin Edwards, un piloto que no pudo ponerle en serios apuros a pesar de su calidad. Sete estaba en su madurez deportiva alcanzando su máximo esplendor y todo indicaba que su rivalidad con Valentino se mantendría la siguiente temporada, siendo ésta más tensa aún.

PD: Los vídeos coresponden a la última vuelta de Assen 2004, el intento de Rossi por frenar a Sete en Brno 2004 y la última vuelta de Phillip Island 2004.

viernes, 20 de marzo de 2009

Rossi vs Sete: El cambio a Yamaha (1ª parte)

La pretemporada del año 2004 tuvo un seguimiento histórico por parte de la prensa y es que la ocasión lo merecía. El test de Sepang supuso el estreno de Rossi con Yamaha y éste destinó los entrenos a probar la moto y las diferentes especificaciones de motor que recibió. Finalmente se decantó por el propulsor de intervalo irregular (big-bang) porque era el que desgastaba menos los neumáticos al entregar la potencia de forma más progresiva. El problema de este motor era que no tenía tanta potencia como los otros. Tanto él como Burgess introdujeron cambios en el método de trabajo aportando conceptos de la filosofía Honda, principalmente impidiendo realizar excesivos cambios en la moto que terminaban por confundir a pilotos e ingenieros. Mientras Valentino y su equipo empezaban a poner las cosas en su sitio, los pilotos de Honda avanzaban en la puesta a punto y se mostraban insuperables en los simulacros de carrera. El Doctor se dio cuenta de la dificultad de su reto pero se marcó como objetivo (junto a Burgess) luchar por el título desde el primer año y comenzó a presionar a la fábrica, especialmente a Davide Brivio, para que trabajaran intensamente en el desarrollo. Yamaha planificó unos entrenamientos privados en Phillip Island donde Rossi pudo probar las mejoras en el motor big-bang. Además pudo comprender el funcionamientos del chasis de la M1 y empezar a sacarle el máximo partido, así como concebir la estrategia que utilizaría para batir a las RCV. Valentino realizó unos buenos entrenamientos y su simulacro de carrera fue bastante mejor que el realizado por Sete unas semanas antes. Sin embargo no quiso que la euforia se desbordara y prefirió mantener en secreto estos datos para que Yamaha continuara trabajando al mismo ritmo. Mientras tanto HRC estaba convencida de su superioridad y el ambiente era de seguridad gracias a los buenos resultados de sus pilotos independientemente de la pista en que rodaran. Ese año Honda decidió repartir un gran número de motos y todas ellas de un nivel similar. Su idea era que Rossi se encontrara con un pelotón de RCV's bloqueándole en carrera. El desarrollo de la moto lo llevaría a cabo el piloto que estuviera mejor situado en la clasificación tras los primeros Grandes Premios. Gibernau estaba convencido de sus posibilidades para ser el primer piloto de Honda ya que su ritmo en pretemporada fue muy bueno y siempre estuvo en los primeros puestos. La experiencia adquirida durante 2003 le permitió crecer como piloto. Sin embargo tendría junto a él a un nuevo compañero de equipo que podría ponerle en aprietos: Colin Edwards (su anterior compañero fue Ryuichi Kiyonari que sustituyó a Kato sin éxito).
Los test IRTA fueron el punto y final de la pretemporada y depararon algunas sorpresas. HRC trajo nuevas piezas y sus pilotos apenas tuvieron tiempo para probarlas con lo que sus tiempos se resintieron. Gibernau fue uno de los más damnificados por esta falta de planificación de Honda. Rossi dio un golpe de autoridad marcando el mejor tiempo y consiguiendo el BMW. A pocas semanas para el inicio del mundial Honda recibía su primer aviso, tenían motivos para preocuparse. Valentino había conseguido su objetivo: tener una moto manejable, fácil de meter en curva, eficaz en las frenadas y ágil en los cambios de dirección. Una moto que le permitía recuperar en las curvas el terreno perdido en las rectas. Pese a esto, Rossi no las tenía todas consigo. Temía encontrarse dentro de un pelotón de Hondas y no pudiese encontrar puntos de adelantamientos por la superioridad del motor de la RCV.
El Gran Premio de Sudáfrica comenzó con la primera pole position de Valentino a lomos de la M1. Comandó la carrera desde la primera vuelta intentando marcar un ritmo fuerte para que el resto de pilotos se quedaran descolgados. Sete no pudo seguir el ritmo de su rival y se quedó en tierra de nadie con el tercer puesto asegurado. Rossi consiguió la victoria tras realizar un ataque en las dos últimas vueltas, tras mostrar una concentración extraordinaria a lo largo de la prueba. Rodó al límite durante muchas vueltas y sin cometer errores. La lluvia hizo acto de presencia en Jerez para complicarle la vida al piloto italiano. Gibernau dominó la carrera y se puso líder del mundial gracias al cuarto puesto de Rossi. La situación se repitió en Le Mans pero esta vez con la pista seca. En un trazado que tradicionalmente había sido propicio para Yamaha, Valentino se volvía a quedar fuera del pódium mientras su rival se mostraba sólido y daba un nuevo golpe de autoridad. El Doctor se encontraba en apuros tras dos carreras en las que las RCV habían demostrado su superioridad. Y lo peor estaba por venir ya que el campeonato se dirigía a unos circuitos favorables para Honda (Mugello, Montmeló y Assen). Las dudas se acumulaban en torno a Rossi, pero el test post-Le Mans le permitió detectar el origen de sus problemas y solucionarlos. Su rendimiento se había visto afectado por la falta de desarrollo de la horquilla Ohlins, pero los técnicos escucharon sus indicaciones y solucionaron los problemas antes de entrar en una fase decisiva del campeonato.
Para Valentino ganar en Mugello era un reto y una necesidad al mismo tiempo. Durante la carrera no tenía problemas para superar a sus rivales ya que controlaba varios puntos de adelantamiento. Sin embargo, en la recta perdía posiciones sin poder hacer nada para evitarlo. Sete estaba en un gran momento de forma y tenía un ritmo ligeramente superior al de Rossi por lo que se enfadó cuando la carrera se detuvo por la lluvia. En la reanudación el piloto italiano se rehízo de una mala salida y atacó sin concesiones hasta hacerse con la victoria. En Montmeló Valentino repitió victoria tras sacar a la luz su plan anti-Honda que aplicaría en numerosas ocasiones para batir a Gibernau. Este consistía en aguantar a rueda de Sete durante gran parte de la carrera estudiándole y dejándole hacer. Habitualmente Gibernau tenía un gran ritmo y trataba de abrir hueco sin éxito. En la penúltima vuelta Rossi superaba a su rival y rodaba al máximo aprovechando que, con el desgaste del neumático trasero, Gibernau no era capaz de recuperarle metros a la salida de las curvas porque no conseguía traccionar con efectividad. El Doctor combinaba las virtudes de la M1 con una buena estrategia para decantar la balanza a su favor. La clasificación volvía a apretarse y el circuito de Assen podría representar la vuelta de Rossi al liderato. Sete se mostró muy fuerte durante todo el fin de semana y ocupó la primera posición durante toda la carrera imprimiendo un ritmo muy alto. Aunque Rossi tuvo problemas para encontrar un punto de adelantamiento, logró superarle en la última vuelta y conseguió la tercera victoria consecutiva. En el momento más delicado de la temporada, Valentino sumaba tres triunfos seguidos y recuperaba el liderato dejando a Honda en una situación delicada.
Los siguientes Grandes Premios serían decisivos en la aspiraciones de Gibernau. En Brasil parecía el favorito para hacerse con la victoria ya que Rossi tuvo muchos problemas en los entrenamientos y no logró una buena puesta a punto. Pero Sete no fue capaz de convertir su espectacular ritmo de carrera en un triunfo al irse por los suelos cuando recuperaba posiciones. Por fortuna para el piloto español, Valentino no se mostró conservador y lo pagó con una caída. En Sachsenring Gibernau volvió a caerse, pero esta vez su rival aseguró los puntos y, con un cuarto puesto, se fue de vacaciones con una ligera ventaja en el campeonato. Sete debía reflexionar durante la pausa veraniega y cambiar de estrategia si quería seguir peleando por el título.

viernes, 13 de marzo de 2009

Rossi vs Sete: La etapa Honda (2ª parte)

El Gran Premio de Brno fue uno de los más tensos en la carrera deportiva de Rossi. Deseaba acallar las críticas porque estaba cansado de que menospreciaran sus victorias y atribuyeran el mérito al material con el que corría. Rossi consiguió la pole por delante de Sete pero fue Bayliss quien lideró la prueba en las primeras vueltas. La carrera fue una de las más espectaculares de la era MotoGP con Valentino, Gibernau, Bayliss y Capirossi disputándose el triunfo y regalando maniobras de gran calidad. El Doctor tuvo dificultades durante toda la carrera y se pasó de frenada en numerosas ocasiones. En las últimas vueltas Rossi y Sete aumentaron el ritmo tratando de aprovechar los errores que cometía su adversario. Valentino se llevó la victoria por 42 milésimas tras realizar un adelantamiento en el que tomó muchos riesgos. En esta ocasión el italiano no había desarrollado una estrategia clara y atacó cuando pudo. Sete le estaba poniendo en serios aprietos y así lo reconoció en la rueda de prensa donde declaró que Gibernau había aprendido a exprimir el potencial de la RCV y que tenía un gran control derrapando. Valentino celebró la victoria denunciando metafóricamente que estaba condenado a ganar. A partir de Brno Rossi puso la directa hacia el título y, aprovechando las novedades que Repsol y Honda pusieron a su disposición, ganó todas las carreras que faltaban a excepción de Motegi. Dominó con autoridad sin dar opción a sus rivales. De hecho la única cita en la que volvieron a pelear por el triunfo fue el Gran Premio de Valencia que supondría la despedida de Honda para Valentino (aun no estaba confirmado, pero la decisión estaba tomada). Entre medias Rossi consiguió una victoria en Phillip Island que confirmaba su superioridad. Le sancionaron por adelantar con bandera amarilla y rodó durante toda la carrera a ritmo de record finalizando con 15 segundos de ventaja sobre Capirossi (aunque contabilizaron como cinco porque le sancionaron con diez segundos de desventaja). El Doctor finalizó la temporada con 9 victorias y subiendo al pódium en todos los Grandes Premios. Gibernau consiguió 4 triunfos y terminó subcampeón del mundo por delante de Biaggi. El piloto barcelonés realizó la que supuso su mejor temporada hasta el momento. Fue capaz de poner en aprietos a Valentino y de soportar la presión a la que estuvo expuesto. Además se aseguró la continuidad en el equipo de Fausto Gresini puesto que Movistar y el manager italiano estaban completamente satisfechos (y sorprendidos) con su rendimiento.

Aunque los dos pilotos tenían (prácticamente) la misma montura existían algunas diferencias en sus estilos de pilotaje que condicionaban el resultado de las carreras. Sete acostumbraba a trazar muy ceñido al interior dibujando la curva con el gas, mientras que Valentino se alejaba unos metros de la línea interior dejando correr la moto para aproximarse de nuevo al interior a la salida del viraje. Gibernau tenía más tendencia a parar la moto en mitad de la curva y acelerar con más fuerza a la salida, haciendo más metros, mientras que Rossi abría el gas más progresivamente e intentando traccionar en lugar de derrapar. Esta diferencia hacía que Sete degradara más el neumático trasero. Por lo general Valentino era superior en las frenadas aunque el piloto español mejoraba su rendimiento en este apartado cuando la moto tenía menos combustible. Gibernau acostumbraba a llegar a las curvas con la velocidad adecuada para trazarla, sin embargo Rossi era capaz (en algunas ocasiones) de entrar en la curva muy rápido y mantenerse en la trazada correcta, obligando a Sete a realizar un esfuerzo con el gas para recuperar la distancia.

Tras la carrera de Valencia el piloto italiano anunció su fichaje por Yamaha. Un cambio que fue recibido con expectación en el paddock y que hacía vislumbrar una temporada 2004 muy emocionante en la que Valentino tendría más problemas de lo habitual. Jeremy Burgess y buena parte de su equipo técnico en Honda le acompañarían en el cambio de equipo. Sete veía como su rival competiría con una montura, a priori, poco competitiva lo que aumentaba sus opciones de ganar el campeonato. Gibernau comentaba a sus amigos que estaba deseando que llegara la siguiente temporada para ver a Rossi derrapando sin control mientras él podría aprovechar las virtudes de la RCV. Estos comentarios llegaron a oídos de Valentino y sus ganas de comenzar a trabajar con la M1 no hacían más que aumentar. Sin embargo tendría que esperar hasta enero de 2004 porque tanto Honda como sus patrocinadores podían escudarse en los contratos firmados para demorar el estreno de Rossi con su nueva montura.
Valentino exigió algunos cambios en su paso a Yamaha. Furusawa se pondría al mando del departamento de carreras, mientras que Ichiro Yoda se iría a Kawasaki visto el fracaso de su proyecto. Además, la marca de los diapasones tendría que aumentar su inversión en MotoGP y trabajar en la evolución de la moto de manera constante. Rossi sería el piloto número uno de la fábrica y el desarrollo se basaría en sus peticiones. Michelin seguiría apoyando al piloto italiano y construiría unos neumáticos que se adaptaran a la M1. El Doctor era consciente de la magnitud del cambio y quería afrontarlo en las mejores condiciones posibles. Con su fichaje por Yamaha Valentino quería demostrar que el piloto seguía siendo más importante que la moto y, de paso, desacreditar a Biaggi que había justificado sus derrotas en la inferioridad de su mecánica (tanto en Yamaha como en Honda). Rossi estaba a punto de dar un paso histórico, dejar una moto ganadora para competir con una moto que venía de conseguir un tercer puesto en 16 carreras como mejor resultado. Estaba aceptando el desafío que Doohan nunca se atrevió a contemplar. Pero tendría que esperar varios meses para que su nueva aventura se pusiera en marcha, y en este periodo Yamaha trabajó a fondo para que su nueva estrella estuviera satisfecho con su nueva moto. Porque no solo querían agradar a Valentino, el 50 aniversario de la firma japonesa estaba cerca (2005) y los directivos japoneses querían volver a lograr éxitos deportivos.

domingo, 8 de marzo de 2009

Rossi vs Sete: La etapa Honda (1ª parte)

Tras un 2002 pobre en cuanto a resultados (con la nueva Suzuki GSV-R) Sete Gibernau tuvo la oportunidad de correr con una Honda satélite y no la desaprovechó. Movistar era el patrocinador personal del piloto catalán y hartos del rendimiento de Suzuki decidieron irse junto a Sete al equipo de Fausto Gresini. Además el equipo del ex-piloto italiano contaba en sus filas con Daijiro Kato (le patrocinaron en 2001 cuando consiguió el título en 250) lo que les aseguraba entrar en la segunda escudería dentro del organigrama de HRC. Gibernau condicionó su presencia en el equipo y su patrocinio con Telefónica en función de los resultados. Es decir, si protagonizaba una temporada mediocre se quedaría sin moto y sin sponsor. Aunque la apuesta era arriesgada, Sete estaba convencido de sus posibilidades. El piloto español correría con una moto privada mientras que Kato tendría a su disposición la tercera moto oficial junto a las del equipo Repsol. Rossi disputaba su segunda temporada a lomos de la RCV y pudo solventar los problemas de embrague que sufrieron a finales de 2002. El trágico accidente de Kato acaparó todo el protagonismo en la primera cita del mundial. Sete finalizó cuarto por detrás de los tres italianos (Rossi, Capirossi que debutaba con la Ducati y Biaggi en su primera carrera con Honda Pons) pero la sensación era que el resultado se debía más a las circunstancias de carrera (numerosos abandonos) que a sus méritos. En Welkom el paddock estaba consternado por la muerte de Kato y Gibernau estaba decidido a rendirle homenaje en una pista que siempre se le había dado bien. Tras unos buenos entrenamientos comandó la carrera desde el inicio mientras Rossi se veía taponado por Troy Bayliss. Supo mantener el ritmo y la concentración cuando Valentino recortó la diferencia y se alzó con su primera victoria en seco. Fueron muchas las voces que restaron valor a su triunfo y lo achacaron únicamente a la motivación por la muerte de Kato. El aspecto emocional había primado sobre la calidad del pilotaje. Sete se sentía menospreciado y ardía en deseos de demostrar que estaban equivocados.
En Jerez heredó la moto de Kato, la poderosa Honda oficial. A partir de ahí podría luchar contra Rossi con los mismos medios. Pero esta era un arma de doble filo ya que no había rodado con ella en pretemporada y debería descubrirla durante los Grandes Premios. Gibernau se estaba presionando a sí mismo para conseguir resultados y corriendo en casa esta presión aumentaba. Su caída en la cita jerezana vino por su exigencia y por no saber conformarse. Tras una mala salida se colocó en segunda posición y trató de recortar las diferencias con Valentino pero se fue al suelo. Este error sería muy importante en sus opciones al título. Aunque había cometido un error habitual en sus temporadas anteriores, estaba demostrando estar en forma. En Le Mans consiguió otro triunfo gracias a la lluvia. Valentino dominaba la carrera con varios segundos de ventaja cuando se detuvo la prueba por las condiciones meteorológicas. En la reanudación los tiempos de la anterior "manga" no contaban para nada y Sete vio su oportunidad. La última vuelta fue un mano a mano entre ambos con una pista que se había secado parcialmente. Gibernau pilotó de forma muy agresiva con constantes derrapadas mientras Rossi tuvo problemas para adelantar al piloto español. Cuando le superaba se iba largo y su rival aprovechaba para devolverle la moneda. El Doctor lo intentó en las ultimas curvas en dos ocasiones pero se equivocó en ambas y no pudo evitar la segunda victoria de Sete. Aunque la lluvia fue decisiva en triunfo, Sete estaba demostrando que era un rival a tener en cuenta mientras Biaggi no terminaba de despuntar con la RCV. Además Valentino estaba molesto por alguna de las acciones que había realizado el piloto español al recuperar el primer puesto.
El Gran Premio de Montmeló vio como la Desmosedici conseguía su primera victoria en el mundial. Rossi se salió de pista cuando perseguía a Capirossi y volvió en octava posición y con más de siete segundos de diferencia con el segundo clasificado. En un recital de vueltas rápidas y facilidad para adelantar superó a los pilotos que le precedían y finalizó segundo. Fue capaz de recuperar un segundo por vuelta pese al desgaste de los neumáticos. Esta exhibición tuvo mucha importancia en su paso a Yamaha (en esos momentos comenzaron a negociar en secreto) porque su entorno no dudaba en ponérsela como ejemplo de su superioridad. Cuando Valentino venía de protagonizar una demostración de talento Sete le devolvió la moneda con su victoria en Assen. En una carrera marcada por la incesante lluvia, Gibernau rodó a ritmo de record y terminó con más de diez segundos sobre Biaggi y trece sobre Rossi. En el ecuador de la temporada Sete y Valentino tenían el mismo número de victorias, algo sorprendente que daba buena muestra del nivel que estaba exhibiendo el piloto español. Además en las carreras disputadas con el asfalto mojado, Gibernau era la referencia de la categoría.
La primera batalla en condiciones de seco se produjo en Sachsenring. Rossi había desechado unos escapes nuevos que Honda tenía preparados. Cuando se los ofrecieron a Gibernau aceptó la propuesta. Este hecho y el resultado de la prueba alemana tendrían mucha importancia dentro de HRC ya que la renovación con Rossi no iba por buen camino y estos gestos del italiano no ayudaban. Valentino se escapó en las primeras vueltas pero fue perdiendo la distancia hasta que la carrera se convirtió en un duelo entre ambos. En la última vuelta Rossi dio un fantástico ejemplo de cómo se debe marcar y presionar a un piloto antes de realizar el ataque definitivo. El italiano llevó a cabo su estrategia y superó a Sete en la penúltima curva (la de la bajada) pero cometió un error impropio en el último viraje. Cerró el hueco interior y frenó muy tarde pero no calculó bien las distancias y llegó a la curva con mucha velocidad y una trazada que le impedía rectificar su error. Gibernau trazó como si estuviera rodando en solitario y pudo abrir gas y levantar a moto enseguida mientras Rossi recorría muchos metros inclinado a la salida del viraje.
Esta derrota y la forma en que se produjo levantó mucha polémica durante la pausa veraniega. Por un lado Sete conseguía cuatro victorias por tres de Rossi pese a no ser un piloto oficial. Esto dejaba en evidencia a Valentino frente a HRC durante las negociaciones y hacía que los periodistas se preguntan si era la moto o el piloto quien marcaba la diferencia. Jeremy Burgess mostró en público su enfado con su piloto. Le acusó de no cerrar la carrera cuando tenía ventaja sobre Gibernau y le comparó con Doohan asegurando que el piloto australiano no hubiera perdido una carrera de esta manera. Estas palabras seguramente molestaron a Rossi pero también le sirvieron de estímulo para la segunda parte del campeonato. En un momento en el que todo el mundo se cuestionaba su capacidad, Valentino debía demostrar su fuerza mental y marcar la diferencia de nuevo. La pausa veraniega también sirvió para intensificar los contactos con Yamaha de cara al 2004.
PD: Os dejo este enlace de una lucha entre Gibernau y Rossi. Sachsenring 2003

domingo, 1 de marzo de 2009

Como parar a Valentino, por Jorge Lorenzo

La rivalidad entre Lorenzo y Rossi es la que tiene más peculiaridades. Ambos pilotos tienen el mismo material y por sus estilos de pilotaje están capacitados para aprovechar las virtudes de la M1. Las diferencias entre ambos estarán en el trabajo que realicen en la puesta a punto, el partido que sean capaces de sacar a los Bridgestone y el nivel de motivación y confianza que mantengan a lo largo de la temporada. Valentino tiene más experiencia con los neumáticos japoneses y además es el encargado de dar las indicaciones a los ingenieros en cuanto al desarrollo de la moto, lo que le otorga cierta ventaja. Por ello es muy importante que Jorge aproveche al máximo la pretemporada. Por un lado tiene que descubrir el comportamiento de los Bridgestone y adaptar su montura a unos compuestos desconocidos para él. Y debe conseguir rodar rápido durante este proceso porque el mallorquín es un piloto que no destaca por su capacidad para rehacerse en carrera tras unos malos entrenamientos. Lorenzo es capaz de conseguir unos registros espectaculares en entrenamientos y además repetir estos cronos de manera constante. Sin embargo en carrera acusa la presión y le cuesta alcanzar el nivel mostrado en las pruebas preparatorias. Sus habituales problemas en las primeras vueltas no se deben tanto a que tenga dificultades para rodar con el depósito lleno, sino que, por su carácter obsesivo, piensa demasiado en la carrera y su nivel de exigencia es tan alto que sus propias expectativas terminan jugando en su contra. De hecho las carreras en las que ha conseguido rodar muy rápido desde el principio han coincidido con que abría hueco en el primer giro y en la pizarra le marcaban que la diferencia era grande con lo que corría con más tranquilidad. Cuando no consigue una buena ventaja le entran las dudas y comienza a tener pensamientos que le alejan de un rendimiento plenamente satisfactorio. Con el paso de las vueltas consigue centrarse más en la prueba por las circunstancias de la misma (principalmente la lucha con otros pilotos) y es capaz de elevar su ritmo y ganar en competitividad. De ahí que suela protagonizar actuaciones en las que va de menos a más. Como además no es ningún especialista en las salidas ( ni la M1 destaca en este punto) muchas veces se encuentra en una situación comprometida. Lorenzo debe mejorar en estos apartados si pretende luchar por el mundial porque de lo contrario sus opciones de victoria se verán lastradas si el ritmo es rápido al inicio de la carrera. Además sus rivales pueden detectar esta debilidad y buscarle las cosquillas atacando en las primeras vueltas. Uno de los puntos de su pilotaje en los que más ha trabajado desde su llegada a MotoGP han sido las frenadas. Sabe de la importancia de esta maniobra y estuvo mejorando su efectividad por varios motivos. Al ser consciente de que este es el punto débil de Pedrosa, intentó sacar provecho de las frenadas para batir a su compatriota y decantar a su favor la rivalidad que mantienen ambos pilotos. Además Jorge se marcó como objetivo vencer a Valentino en la lucha cuerpo a cuerpo y para ello debe superar el nivel exhibido por Rossi en este apartado. Sin embargo, el piloto balear se encuentra con algunos problemas cuando intenta apurar más la frenada que su compañero de equipo. Aunque consigue llegar a la curva con una velocidad adecuada, le resulta difícil meter la moto y elegir la trazada correcta. Además su paso por curva se vuelve más lento y no lleva una línea que le permita recuperar a la salida del viraje, porque tiene que retrasar la apertura del gas. Cuando realiza esta acción es capaz de recortar algunos metros antes de entrar en el viraje, pero de ahí en adelante Valentino toma ventaja haciendo que el esfuerzo sea inútil. Sin embargo con el cambio a Bridgestone está teniendo que adaptarse a un estilo de pilotaje bastante diferente al que utilizaba con los Michelin. Las gomas japonesas permiten frenar con la moto inclinada hasta dentro del viraje. Jorge estaba acostumbrado a frenar con la moto recta y una vez que la velocidad era la adecuada dejar correr la moto, pero sin usar el freno con la moto tumbada (muy al estilo 250). Pero cuando realiza esta maniobra con sus nuevos neumáticos se encuentra con que la moto no gira y, aunque el paso por curva es rápido, no puede abrir gas cuando él quiere porque no lleva una buena trazada. A medida que Lorenzo perfeccione esta acción sus tiempos mejorarán, pero hasta que no ruede con otros pilotos no comprenderá cuál es la forma correcta de llevarla a cabo.
El piloto balear trabajará para encontrar el equilibrio que le permita frenar lo suficientemente tarde como para plantarle cara a Valentino sin perder velocidad en el paso por curva y para ello, es importante que aprenda a elegir correctamente el momento en el que debe apurar la frenada. Y es que Jorge tiene un plan para ser campeón del mundo y este pasa por conseguir que El Doctor le vea como su relevo. Y el primer paso es vencer a Rossi en su propio terreno. Después vendrán los elogios de la prensa italiana, que le valora positivamente por sus triunfos con Aprilia y por sus buenas palabras sobre el país transalpino. Los dos pilotos del Fiat Yamaha disfrutan tanto de la victoria como de los elogios que la acompañan, por eso Lorenzo intentará hacerse con la cuota de protagonismo de Valentino para herir su autoestima. Las celebraciones también entran dentro de este plan para batir a Rossi. Jorge suele mostrarse eufórico y lo exterioriza por medio saltos y gritos, mientras su rival se encuentra cariacontecido en el pódium. Esto es algo que molesta a los pilotos pero que se esfuerzan en disimular. Sin embargo, tendrán que esperar dos semanas para resarcirse de la derrota, y en este tiempo la imagen de Lorenzo "humillándoles" en el cajón se les pasará por la cabeza.
Pero no solo el apartado psicológico será importante en las opciones que Jorge tenga de conseguir el campeonato. Debe comenzar bien el campeonato para no tener que ir a remolque, porque la ansiedad le podría jugar una mala pasada, dado que aún sufre demasiado cuando se encuentra en este tipo de situaciones. Si consigue entrar en estado de gracia y mostrarse tan fuerte como en el inicio de la pasada temporada, tendrá que saber frenarse a sí mismo para no exagerar en su intento de machacar a sus rivales. La regularidad es uno de los apartados en los que se sustenta la consecución del título y Jorge debe saberlo para frenarse en los momentos en los que sus impulsos le puedan acarrear consecuencias negativas. Esta temporada no tendrá a Dani Amatriain junto a él y será interesante ver cómo le afecta este cambio. Dani sabía localizar los puntos en los que su cabeza le impedía demostrar su talento. Le calmaba, le aconsejaba, le motivaba y además le dejaba trabajar con cierta independencia si lo estimaba oportuno. En las entrevistas que Jorge ha concedido a lo largo de la pretemporada no ha dudado en quitarse presión con declaraciones como "hay tres pilotos más favoritos que yo". Así como en otras etapas de su carrera deportiva el piloto mallorquín ha hecho declaraciones que han traído consigo mucha polémica, actualmente es capaz de medir sus palabras y trasladar la presión a sus rivales. En este sentido se ha visto favorecido por la llegada de Pedrosa a MotoGP. Dani llegó a la categoría reina como el heredero de Rossi y sometido desde un principio a una gran exigencia. Aunque Lorenzo ha generado muchas expectativas por sus resultados, nadie se ha atrevido a exigirle victorias sobre Valentino, con lo que ha podido trabajar con mayor tranquilidad. La imposición de conseguir buenos resultados ha llegado más por parte del propio piloto que por factores externos.