jueves, 28 de mayo de 2009

Previo Mugello: Territorio Rossi

Dominio absoluto en la era MotoGP. Desde 2002 Valentino acapara todas las victorias en Mugello. Las carreras pueden ser más o menos disputadas pero el resultado siempre es el mismo. Sus rivales son conscientes de que lo más probable es que Rossi salga de Italia con 25 puntos más en su casillero. Muchos han intentado dar un golpe psicológico venciendo al piloto de Tavullia en su casa pero ninguno lo ha conseguido. La pregunta es lógica: ¿Por qué El Doctor es imbatible en Mugello?

El trazado propiedad de Ferrari es uno de los preferidos, junto a Phillip Island, por la mayoría de los pilotos. La recta de meta supera el kilómetro de longitud y el trazado es muy exigente con las motos y con los pilotos. Es importante que el motor sea potente pero lo que marca la diferencia son las características del chasis. Mugello está plagado de chicanes (lentas y rápidas) que requieren una moto estable. Si un piloto no tiene confianza en el tren delantero ganar en este circuito se convierte en misión imposible. Otra de las características de la pista es la cantidad de subidas y bajadas que contiene. Este factor lo hace más divertido para los pilotos pero exige una puesta a punto perfecta. La zona de Arrabiata (compuesta por dos curvas) es una de las que más incidencia tiene en el tiempo por vuelta. El primer viraje es una curva de derechas bastante larga y en subida. Cuando se corona esta curva esta la entrada a Arrabiata 2, que es ciega, y que requiere mucha decisión para entrar en el momento justo. Saber utilizar bien el gas y frenar con suavidad es determinante para ser rápido en estos virajes. Las curvas en bajada son las que más exigen a los reglajes del tren delantero ya que la probabilidad de perder la rueda delantera es alta si no se tiene una buena configuración. Casanova-Savelli (la chicane que precede a Arrabiata) es la primera curva en bajada. En esta zona el circuito se ensancha lo que permite realizar adelantamientos tanto en la frenada como en el cambio de dirección. Correntaio es uno de los virajes más complicados. El desnivel es bastante pronunciado y, aunque es un punto de adelantamiento factible, muchos pilotos han sufrido caídas o salidas de pista por ser demasiado osados en sus adelantamientos. La curva de entrada a meta (Bucine) es el último viraje en bajada y es muy importante por lo lejos que se encuentra el paso por meta. En este punto suele haber variedad en cuanto a las trazadas. Todos los pilotos llegan un poco colados para, después, aproximarse al interior mientras abren gas. Sin embargo, unos se alejan más del interior que otros.

Uno de los puntos en los que Valentino marca la diferencia es en las curvas en bajada. Su magnífico tacto con el freno delantero y su sensibilidad encima de la moto le permiten comprender en todo momento donde está el límite y tener un extra a la hora de forzar. En las numerosas eses es capaz de pilotar de un modo diferente que le otorga cierta ventaja. Rossi no toca el freno en el cambio de dirección sino que reduce la apertura del gas (parcializa el gas). Al realizar el cambio de dirección sin frenar, algo que consigue gracias a su precisión (y la de su moto) en la entrada en curva, obliga a sus rivales a conseguir más velocidad en la recta que precede a cada chicane. Pero esto termina jugando en su contra porque al llegar más rápido a la siguiente curva deben frenar antes (y volver a acelerar antes para recuperar metros) o frenar tan tarde como Rossi pero intentando conseguir una trazada correcta. Su particular estilo hace que sus rivales caigan en un círculo vicioso del que es difícil salir. La suavidad del pilotaje de Valentino le permite desgastar menos los neumáticos. Otros de sus puntos fuertes es que controla varios lugares para adelantar, lo que le facilita la remontada en caso de realizar una mala salida. El único lunar que se le podría encontrar sería la última zona del circuito. En este parcial es donde, por lo general, no marca diferencias e incluso pierde algo de tiempo, perjudicado por la menor potencia-en otras temporadas- de la M1. Pero es capaz de encontrar esas décimas en otros puntos del circuito y no poner en riesgo la victoria, tal y como demostró en 2004 y 2006.

Valentino no es el único piloto que está especialmente motivado por correr en casa. Capirossi, Dovizioso y Melandri también corren frente a sus aficionados y sus circunstancias son bastante diferentes. Loris siempre da el 110% en Mugello. Suele realizar actuaciones muy meritorias en las que es capaz de poner lo que le falta a su moto para luchar por el pódium. Sin embargo este año no lo tendrá nada fácil. Suzuki ha mostrado en carrera un rendimiento muy alejado del que exhibió en pretemporada y el trazado de Mugello es poco propicio para las GSV-R. Falta velocidad punta y la moto no termina de funcionar en los virajes rápidos. Su actuación este fin de semana puede ser una buena muestra de la motivación que tiene el veterano piloto por conseguir resultados y, por tanto, de sus posibilidades de continuar una temporada más en MotoGP.

Quien no lo tendrá nada fácil es Andrea Dovizioso. El circuito de Mugello no se le da bien y aún no ha conseguido una sola victoria en él. Su situación en Honda, sin ser catastrófica, si que debería preocupar al piloto de Forlì. Para Andrea terminar por delante de Pedrosa sería un resultado magnífico que le daría confianza de cara a futuras citas donde seguramente tendrá menos problemas de adaptación al circuito. En cualquier caso, no puede bajar del quinto puesto. Por moto, calidad y experiencia solo hay cuatro pilotos que deberían superarle y, además, debe demostrar a Honda que no se han equivocado con su fichaje.

En el caso de Melandri los resultados obtenidos hasta ahora han cubierto sobradamente lo que se podría esperar, incluso siendo muy optimista. Mugello no se le da especialmente bien y en su intento de dar el do de pecho delante de su afición suele ir demasiado excitado, algo que termina jugando en su contra. Este año no tiene ninguna obligación de estar delante lo que le liberará de cierta presión. Si es capaz de meterse entre los siete primeros será una señal muy positiva y que puede incitar a Kawasaki a mejorar su moto.

Entre los pilotos que intentarán terminar con el monopolio de Rossi el mejor situado, a priori, es Jorge Lorenzo. El piloto balear tiene a su favor que la M1 es una moto que se adapta muy bien a las características del trazado. Jorge sabe que ganar en Mugello sería dar un golpe encima de la mesa que aumentaría notablemente sus opciones al título. Pero no lo tendrá fácil porque Valentino acostumbra a controlar muy bien todos los detalles y en el gran premio de casa este fenómeno se da con más fuerza aún. Rossi atacará en las primeras vueltas intentando que la presión afecte a Lorenzo y este se quede descolgado. Cuando Jorge ha tenido ritmo para ganar y ha perdido puestos en las primeras vueltas siempre ha terminado realizando carreras muy por debajo de lo esperado. Aunque pueda parecer ilógico, lo que más favorecería a Lorenzo es realizar unos malos entrenamientos y solucionar sus problemas en el warm-up. De hecho, los dos triunfos de esta temporada se han producido de forma inesperada, cuando nadie contaba con él. Si Lorenzo se ilusiona con la opción de la victoria (gracias a unos buenos entrenamientos) comenzará a pensar en la posibilidad de batir a Valentino en su casa, lo que le generaría mucha presión. Y uno de los puntos en los que debe mejorar es en manejar la presión. Será interesante ver qué circunstancias se dan en carrera y ver cómo se comporta cada uno de los integrantes del Fiat Yamaha.

Tanto Pedrosa como Stoner lo tendrán muy difícil para ganar en Mugello. Sus monturas no se adaptan tan bien como la M1 al circuito propiedad de Ferrari. Ducati persigue este triunfo desde su retorno al mundial en 2003. Ni Capirossi en estado de gracia, ni Stoner en un 2007 de dominio aplastante fueron capaces de lograrlo. El problema reside en la menor manejabilidad de la Desmosedici. En un circuito estrecho y con numerosos cambios de dirección este aspecto penaliza a las Ducati. Además, Casey nunca ha sido capaz de ganar en esta pista. Para Dani tampoco será una tarea sencilla. La Honda tiene problemas de rebotes en las frenadas lo que la hace menos precisa en la entrada de los virajes, algo decisivo en Mugello. El bacheado asfalto no hace más que incrementar este inconveniente. Además, Pedrosa está utilizando una configuración de chasis similar a la del 2008 que castiga mucho el neumático delantero y esto, en un circuito muy exigente para el compuesto delantero, es sinónimo de problemas a final de carrera. Dani necesita conseguir ventaja en las primeras vueltas con respecto a alguno de sus rivales si quiere tener opciones de sumar un nuevo pódium. En cualquier caso, es poco probable que el piloto catalán arriesgue excesivamente en esta carrera. Tratará de minimizar la pérdida de puntos y esperará a que Honda presente novedades que hagan de la RCV una moto más competitiva.

En 125 el circuito invitan a pensar que se dará una de las carreras más bonitas de la temporada. La recta de más de 1km. permite a los pilotos aprovechar el rebufo para recortar la diferencia con sus predecesores. Pero este año Julián Simón, Bradley Smith y Andrea Ianonne están marcando diferencias muy importantes con el resto y no sería extraño que lograran escaparse en pos de la victoria. Ianonne tendrá una difícil papeleta en esta carrera. Deberá correr con mucha cabeza y evitar errores tras encadenar dos caídas en carrera. Sin embargo, el aliento del público le animará a lo contrario.

miércoles, 27 de mayo de 2009

Biaggi vs Rossi: El año de la verdad (1)

El mundial afrontaba su última temporada con las motos de 500cc. monopolizando la parrilla y para los fabricantes el objetivo era conseguir este último título. Biaggi y Rossi veían como solo tendrían una oportunidad para coronarse en la categoría en la que corrieron sus ídolos. Todo el mundo les señalaba como los grandes favoritos al título y esperaban que la lucha entre ambos fuera apasionante. Valentino se encargó del desarrollo de la NSR y la dirección que marcó fue acertada. Se centró en mejorar la respuesta del motor con respecto a la versión del año 2000. Pero también pidió algunos cambios en el chasis, algo que sorprendió a los ingenieros de HRC ya que la parte ciclo de la NSR llevaba desde el año 94 -cuando Doohan consiguió su primer título- sin grandes novedades. Yamaha no introdujo grandes cambios en su YZR lo que le hizo partir con cierta desventaja. Como era habitual, la primera cita del mundial fue en Suzuka y la carrera estuvo plagada de momentos tensos. Rossi partía desde la séptima posición y su salida le hizo perder aun más puestos. Sin embargo tenía ritmo para ganar y no tardó en acercarse al grupo de cabeza. Cuando llegó al cuarto puesto se encontró delante de él a Max, que se había puesto primero al inicio pero que luego bajó hasta el tercer puesto. Valentino comenzó a presionar a Biaggi quién le cerraba la puerta de forma peculiar. Cuando Rossi tenía la posición ganada su rival, Max soltaba el freno y se metía en la curva como si no hubiera nadie más. Esto obligaba a Valentino a frenar para evitar el choque. En la chicane Max repitió esta maniobra, pero tuvo dificultades para abrir gas porque hizo el cambio de dirección muy tarde. Rossi salió con más velocidad y trató de superarle por el exterior y cuando se pusieron en paralelo Biaggi empujó con el codo a su rival y le sacó por la tierra. Cuando Valentino intentó adelantarle nuevamente Biaggi le obligó ,una vez más, a frenar para que no chocaran. Rossi estaba muy molesto por el recital de maniobras dudosas que su adversario estaba llevando a cabo y estaba decidido a demostrárselo. Aprovechó su rebufo para colocarse a su altura y cuando llegaron a la frenada Valentino frenó cruzándose en la trayectoria de Biaggi. Dentro de la curva sacó el dedo corazón y le dedicó una peineta a Biaggi. Rossi estaba encendido pero también estaba mandándole un mensaje a Max. En pocas curvas superó a Nakano para meter un piloto entre ambos y un poco más tarde se puso en cabeza y pilotó sin concesiones hacia la primera victoria de la temporada. Biaggi intentó evitar su escapada pero no lo logró y se tuvo que conformar con la tercera plaza.

Tras la carrera los pilotos intercambiaron impresiones de forma acalorada tanto en el corralito como de camino a la rueda de prensa. Valentino escuchó comentarios por parte de la prensa italiana que le molestaron notablemente. Algunos periodistas equipararon la maniobra de Biaggi con el gesto que le dedicó. No entendía como se podía equiparar un gesto vulgar pero que no era un riesgo para nadie con una maniobra que le podía haber llevado al suelo cuando rodaba a 220 km/h. Biaggi añadió más leña al fuego explicando que en realidad había sacado el codo para evitar que sus manillares se engancharan porque Rossi se le acercó peligrosamente. La primera cita de la temporada puso de relieve que la temporada iba a ser movida, aunque habría que esperar algunas pruebas para que se produjeran nuevos enfrenamientos. En Welkom y Jerez Valentino repitió victorias y consiguió una renta importante en el campeonato. Biaggi no pasó del octavo y el undécimo puesto respectivamente y parecía tener problemas con su moto. Pero en Le Mans las Yamaha oficiales renacieron y Max y Checa consiguieron un magnífico doblete mandando en carrera desde el principio. Rossi no pudo plantarles cara porque se equivocó al montar un neumático muy duro que deslizaba en exceso. Valentino llegaba a Mugello decidido a conseguir su primera victoria con una moto de 500 delante de sus aficionados y con el recuerdo de la carrera del año anterior. Dominó los entrenamientos y logró la pole con una moto decorada al estilo hawaiano. Pero la lluvia fue la protagonista de la carrera y cambió el guión previsto. Rossi alcanzó la segunda posición en las últimas vueltas pero para entonces Barros tenía una distancia insalvable. El Doctor cometió un error absurdo al irse al suelo cuando tenía el pódium asegurado y no tenía opciones de victoria. Biaggi finalizó tercero y recuperó 16 puntos.
En Montmeló se produjo el lance más serio entre los dos pilotos. Rossi partía desde la pole y Max le acompañaba en la primera línea. Valentino hizo una de sus peores salidas y encima tuvo que esquivar a varios pilotos que se tocaron en la primera curva. Pese a estar hundido en la clasificación fue capaz de remontar a buen ritmo, superó a todos sus rivales y logró la victoria con más de dos segundos sobre Biaggi.

Cuando Valentino se dirigía al pódium vio como Max -que estaba furioso por el resultado de la carrera- empujaba al Gibo Badioli (manager de Rossi hasta el lío de la evasión fiscal) porque éste no se había dado cuenta de que quería pasar. Las protestas de Badioli molestaron a Biaggi que le empujó nuevamente. Valentino se acercó a su rival recriminándole su comportamiento y Max le demostró que quería "desfogarse" con él tras la carrera. Acto seguido comenzó la pelea entre ambos en las escaleras que conducen al pódium y tuvo que ser Carlo Fiorani -por entonces jefe de equipo en Repsol Honda (el cargo es el mismo que ocupa Lin Jarvis en el Fiat Yamaha)- quien los separara. La ceremonia en el pódium no delató lo que acababa de suceder pero los dos pilotos continuaban excitados. La rueda de prensa oficial se celebró sin que la mayoría de los periodistas conocieran lo sucedido y tampoco fueron capaces de intuirlo pese a que sus rostros tenían marcas rojas por los golpes que se habían propinado. Uno de los periodistas preguntó a Biaggi por una de las marcas que tenía en la cara pero él respondió que era un picotazo de mosquito. Los pilotos no querían que este hecho saliera a la luz pero la noticia no tardaría en correr como la pólvora por el paddock. Al fin y al cabo un cámara de la RAI había presenciado la escena(no grabó las imágenes pero si el sonido), al igual que la gente de Dorna que se encargaba de preparar la entrega de trofeos. Tras la carrera Biaggi y Rossi tuvieron que ir con sus jefes de equipo (Jarvis y Fiorani respectivamente) a mantener una reunión con la Dirección de Carrera para hablar de lo sucedido. Estos escucharon las distintas versiones de lo sucedido y se retiraron para decidir si aplicaban algún tipo de sanción. Mientras tanto, el clima de tensión que se respiraba durante la espera era muy grande. Fiorani trató de romper el hielo preguntando a Biaggi sobre el resultado de la Roma (el equipo de fútbol) y el piloto de Yamaha le respondió que no lo sabía. Lo divertido del asunto es que Biaggi llevaba un pañuelo de la Roma en el brazo porque su equipo acababa de ganar la liga italiana. Los miembros de la Dirección de Carrera decidieron no sancionarles pero hicieron mucho hincapié en que no comentaran nada a los periodistas y en que no se repitieran los hechos.

Durante las dos semanas siguientes se habló mucho en la prensa de lo sucedido en Montmeló y el clima en Assen era de tensión y expectación. Estas dos carreras supusieron el punto álgido en su rivalidad. En Holanda se convocó una rueda de prensa para que los pilotos se dieran la mano y escenificaran una paz irreal. Dorna insistió tanto en este asunto que finalmente ambos accedieron. La carrera fue vibrante con cuatro pilotos luchando por la victoria, aunque eran Max y Valentino quienes tenían más cuentas pendientes. Biaggi había logrado una puesta a punto muy buena lo que le permitía pilotar "sobre raíles". Además, Yamaha había introducido novedades en el motor y la YZR se mostraba más veloz en las rectas que las NSR de Barros, Capirossi y Rossi. Valentino tenía problemas de puesta a punto y su moto no solo era inferior en velocidad punta sino que era la que más se movía a la entrada y salida de los virajes. Rossi comenzó a atacar a mitad de carrera y se situó a rueda de Biaggi, que comandaba el grupo. El piloto de Tavullia estaba siendo muy agresivo para compensar el flojo rendimiento de su montura. A falta de cuatro vueltas llegó el desenlace que nadie esperaba. La clásica lluvia holandesa apareció en el momento más inoportuno y obligó a suspender la carrera. El grupo de cabeza estaba a punto de ofrecer un final de carrera vibrante en el que hubieran podido batir el mítico record en carrera de Schwantz (que estaba vigente desde 1991) pero la meteorología les privó de esa oportunidad. Biaggi recortó ligeramente la diferencia en el campeonato con un Rossi que se veía capacitado para llevarse la victoria pero que se tuvo que conformar con el segundo puesto tras su gran enemigo.
PD: Lamento no haber colgado ayer el artículo tal y como prometí pero me surgieron algunos contratiempos y no pude hacerlo. Mañana colgaré el previo de Mugello tal y como estaba planificado.

miércoles, 20 de mayo de 2009

Biaggi vs Rossi: El encuentro más esperado

Todo indicaba que Rossi llegaba a 500 en las mejores condiciones, pero durante la pretemporada se produjeron ciertos cambios que le afectaron a él y al resto de pilotos Honda. Tras la retirada de Doohan, Alex Crivillé (que había conseguido el título la temporada anterior) se encargaría del desarrollo. Alex no tenía experiencia en esta tarea y tampoco supo seguir un criterio al evolucionar la moto. Su única petición fue que aumentara la potencia. Cuando estos cambios llegaron los pilotos se dieron cuenta de que el aumento de potencia no suponía ninguna ventaja. El motor ganó potencia en altos -tenía más velocidad punta- pero la entrega de potencia no era dócil. La moto pasaba de no acelerar debidamente (en bajos) a entregar más potencia de la necesaria (cuando las revoluciones se acercaban al momento del cambio de marcha). Este cambio rompió el delicado equilibrio de la NSR y originó muchos problemas a los pilotos ya que no podían controlar la moto en aceleración y sufrían caídas saliendo por orejas. De hecho, Capirossi y Barros -que pilotaban la versión del año 99- fueron los que tuvieron menos problemas y los pilotos oficiales tuvieron que recurrir a soluciones del año anterior.
En Yamaha tampoco terminaban de hacer de la YZR una moto ganadora. La firma de los diapasones no estaba suficientemente involucrada en el desarrollo y Biaggi tampoco sabía ejercer como líder en lo que a desarrollo y motivación del equipo se refería. Max se mostraba excesivamente puntilloso en la evolución. En lugar de intentar conseguir un conjunto competitivo buscaba una perfección que no siempre llegaba y que le impedía trabajar en otras áreas. Los problemas de los dos gigantes japoneses permitieron a Suzuki, que realizó pequeños ajustes en la moto del año anterior, encontrarse en una situación privilegiada.

Las primeras carreras estuvieron plagadas de errores para los dos pilotos. Rossi consiguió la vuelta rápida en su primera carrera en 500 pero unas vueltas más tarde siguió el camino de Biaggi y abandonó por caída. En Sepang Valentino repitió resultado y en Suzuka fue Max el que se besó el asfalto. En apenas tres Grandes Premios acumulaban una desventaja importante con respecto a Roberts Jr. en la clasificación. Cuando el mundial llegó a Europa los resultados empezaron a mejorar y pudieron subir al pódium. Sin embargo aún no habían tenido opciones reales de conseguir la victoria.
En Mugello no existían las excusas para ninguno de los dos. Estaban en casa, delante de sus aficionados y el único resultado válido era el triunfo. Pero Capirossi también deseaba ganar en casa, lo que convirtió la carrera en una lucha entre italianos. Loris era el más rápido de los tres y logró una ventaja cercana a los tres segundos pero cometió un error y sus compatriotas le dieron caza. Valentino estaba nervioso. Acusaba la presión de una cita tan especial y sus ganas de demostrar que era el más fuerte jugaban en su contra. A lo largo de la carrera iba probando soluciones que le permitieran ser tan rápido como Capirossi y tener ventaja en el cuerpo a cuerpo. Pero la conclusión a la que llegó le llevo por los suelos. Rossi comenzó a pilotar como si estuviera sobre una dos y medio. Entraba muy rápido en los virajes y forzaba demasiado en los cambios de dirección. Con este método logró ponerse en cabeza, pero el liderato le duró pocas curvas porque en un viraje en bajada el neumático delantero no soportó el esfuerzo y sufrió una caída que Doohan ya anticipaba desde el muro. Max tampoco las tenía todas consigo. No conseguía subir del tercer puesto y veía con resignación como sus rivales intercambiaban sus posiciones mientras él iba asfixiado a su rueda. Tenía problemas en las frenadas lo que le dificultaba los adelantamientos y el acercarse a rueda de sus compatriotas. Se coló en varias ocasiones a final de recta viéndose obligado a recuperar nuevamente el terreno perdido. La caída de Rossi fue un alivio para Max que se encontraba con un único adversario por el triunfo. En la última vuelta superó a Loris pero perdió el liderato en el viraje siguiente. Biaggi sentía frustración porque le costaba mucho encontrar un hueco para adelantar y luego perdía la posición en pocos segundos. Esto le llevó a intentar un adelantamiento a la desesperada en una de las chicanes. La maniobra se saldó con una caída para el romano y una victoria "cómoda" para Capirossi.
En una temporada con la lluvia como protagonista, Valentino fue mejorando poco a poco en una de sus debilidades (en aquellos años). En Donington Rossi logró su primera victoria bajo la lluvia tras deshacerse de Roberts y McWilliams (Aprilia). El Doctor empezaba a conseguir cierta regularidad y se convertía en un habitual del pódium pero su desventaja en el campeonato era notable. Biaggi no ganó hasta la cita de Brno, su pista preferida y en la que más éxitos ha cosechado. Faltaban algunas carreras para finalizar la temporada cuando Honda decidió poner en pista la moto que estaban desarrollando de cara al año siguiente. Con esta montura Rossi fue capaz de conseguir su segunda victoria en Brasil tras desembarazarse en las últimas vueltas de Barros. Durante los entrenamientos de Motegi se produjo un lance entre ambos. Max acostumbraba a pasar rozando a sus rivales (para molestarlos o intimidarlos) cuando rodaban lento tras una carrera o una sesión de entrenamientos. Pero en el trazado japonés Valentino decidió dar respuesta a esta maniobra. Persiguió a Biaggi y cuando el romano se detuvo para practicar una salida le dio un ligero golpe por detrás. Cuando Max se giró para ver que sucedía Rossi le saludó con la mano. La situación se repitió unas metros más adelante y esta vez Biaggi se giró bruscamente, pero la reacción de Valentino fue la misma: se limitaba a saludarle con la mano. En carrera Rossi finalizó por delante de su rival y se aseguró el subcampeonato.

Phillip Island, la última prueba del campeonato, fue la repetición de la batalla de Mugello. Los tres grandes de Italia -Loris, Max y Valentino- luchaban por el honor en un circuito técnico que pone a prueba el coraje de los pilotos. Tanto Biaggi como Capirossi podían mejorar sus posiciones en el campeonato pero lo verdaderamente importante era dar un golpe en la mesa antes de las vacaciones y perfilarse como aspirante al título. En las últimas vueltas aumentaron el ritmo y consiguieron despegarse del resto de sus rivales. Max era el encargado de marcar el ritmo y, tanto Loris como Rossi, tenían problemas para superarle. El piloto romano inició la última vuelta en cabeza y tiró lo suficientemente fuerte como para que sus compatriotas no tuvieran opción de adelantarle. Biaggi conseguía igualar a Rossi en número de victorias, se alzaba al tercer puesto del campeonato y minimizaba la decepción de ser superado por su gran enemigo, que tan solo era un debutante. Nada más terminar la carrera ambos se dieron la mano en un gesto de deportividad. Sin embargo, cuando subieron al pódium un Biaggi eufórico miró de forma chulesca a Valentino, y trató de mofarse de él. Una forma polémica de cerrar la temporada pero que tan solo sería un aperitivo de lo que sucedería en 2001.
En su andadura en 500 Max continuó con un estilo de pilotaje sin cambios. Era muy efectivo rodando en solitario pero tenía algunos problemas cuando las carreras eran en grupo. Su estilo era muy limpio y la moto no le daba trallazos. Una vez que entraba en la curva, no corregía su trazada, sencillamente porque su trazada era siempre correcta. Pero para conseguir esto, sacrificaba la frenada lo que le hacía vulnerable a los ataques de otros pilotos. Su paso por curva era elevado, pero con algunas peculiaridades. No recurría a inclinadas espectaculares para llevar una velocidad de paso por curva muy alta. Aunque necesitaba un buen comportamiento del neumático delantero, no le exigía tanto como otros pilotos porque no lo forzaba tanto en las frenadas y en la entrada en curva. La suavidad le beneficiaba en este apartado. El problemas de Max era que pilotaba de la misma manera independientemente de la moto o las circunstancias. No se propuso evolucionar como piloto y pulir los defectos de su estilo. No fue capaz de mejorar el conjunto frenada-entrada en curva. Biaggi cerraba a otros pilotos frenando con suavidad y dejando correr la moto más de lo habitual, aunque esto le hiciera correr el riesgo de perder la rueda delantera. Nunca logró ser un piloto que frenara tarde y entrara bien en el viraje. Cuando se mostraba competitivo en estos puntos era porque tenía una puesta a punto perfecta o porque sus rivales no habían encontrado unos bueno reglajes.
Rossi tuvo muchos problemas en su llegada al medio litro. Le costó comprender el estilo necesario para ser competitivo y regular con las complicadas 500. Continuaba pilotando como en 250 y esto le llevaba a cometer errores. Valentino llegaba muy deprisa al centro de la curva y lo hacía a costa de inclinar más de lo que su moto le permitía. No solo forzaba el tren delantero sino que al inclinar tanto se encontraba en una situación delicada al abrir gas. En cualquier caso, El Doctor dejó claro desde el principio que tenía un buen tacto con el gas. Con el tiempo, los consejos de otros pilotos y las caídas, Rossi comprendió que debía cambiar su estilo. Debía olvidarse de llegar tan rápido al centro de la curva. Con las 500 se entraba frenando hasta dentro de la curva para evitar que el tren delantero se descargara (al llevar accionado el freno, el tren delantero estaba cargado con más peso) y a partir de ahí se abría gas levantando la moto lo antes posible porque las 500 eran muy bruscas a alto régimen. Aunque Valentino tuvo problemas hasta que adaptó su forma de pilotar a la categoría, esos no fueron los únicos inconvenientes. A principio de temporada le costaba clasificarse en los primeros puestos y además solía protagonizar salidas desastrosas que le obligaban a remontar durante buena parte de la prueba. Pero la temporada le sirvió para tomar nota de los puntos en los que debía mejorar.

miércoles, 13 de mayo de 2009

Biaggi vs Rossi: El nacimiento de la rivalidad

Max Biaggi y Valentino Rossi no se enfrentaron en un circuito hasta el año 2000, pero para encontrar el inicio de su rivalidad hay que remontarse varios años en el tiempo. En 1996 Valentino estaba en su primera temporada en el mundial mientras que Biaggi caminaba hacia su tercer título consecutivo en el cuarto de litro. El piloto romano era un ídolo para los italianos. No solo era el piloto azzurro que mayores éxito conseguía sino que lo hacía a lomos de una moto italiana (Aprilia). Por todo esto Biaggi era un ídolo para los italianos, era el piloto más mediático y la referencia para los jóvenes que deseaban correr en moto. Rossi tan solo era un melenudo novato que combinaba actuaciones notables con errores infantiles. Por entonces todavía era conocido por ser el hijo de Graziano, pero no tardaría mucho en ganarse el respeto. Valentino fue quién inició la guerra al pecar de inocencia y dar un titular a los periodistas. El Doctor aún no sabía cómo se las gastaban los medios y no medía sus declaraciones. Rossi declaró que Biaggi le resultaba antipático porque siempre que hacía una mala carrera lo justificaba diciendo que la moto o los neumáticos no habían funcionado bien. Nunca era culpa suya.
Es importante resaltar que la rivalidad entre ambos pilotos fue mayor en los medios que en la pista (sobre todo en los años en que no competían en la misma categoría) porque la prensa veía este duelo como una magnífica oportunidad para generar polémica, aumentar el interés y vender más ejemplares. Max no recibió de buen grado las críticas de Rossi, más aún al venir de un novato. Aunque ese lance no pasó a mayores, la rivalidad entre ambos no tardaría en desarrollarse.
En su primera temporada Valentino era muy rápido en la pista pero cometía demasiados errores cuando tenía al alcance de la mano resultados importantes. Sacchi y Noccioli (el director de su equipo y su jefe técnico en esa época) se hartaron de sus caídas y tras un nuevo error en Assen tuvieron una reunión con él para hacerle ver que debía cambiar. Aunque el mensaje era el adecuado, los ejemplos que pusieron molestaron a Rossi. Le dijeron que con más disciplina podría hacer buenas carreras. Que corriendo así solo podía aspirar a ser Schwantz por un día, pero que si se tranquilizaba podría llegar a ser como Biaggi. Aunque Valentino no dijo nada, las palabras de Sacchi le molestaron enormemente. Evidentemente prefería ser como Schwantz, su ídolo.
En 1997 Rossi despegó definitivamente como piloto y su presencia en los medios también aumentó. Al finalizar la temporada anterior Aprilia le ofreció dar el salto al cuarto de litro porque su estatura iba más acorde con las motos de 250. Valentino rechazó esta propuesta porque prefería lograr el título en el octavo de litro antes de saltar de categoría. De esta manera, para verlos juntos en la pista habría que esperar. En Malasia los italianos vivieron un gran fin de semana. Tras la victoria de Rossi, Biaggi también ganó en el que fue su estreno con la Honda 250 tras abandonar Aprilia por los conflictos que tuvo con la casa de Noale. Tras la carrera los periodistas le preguntaron a Valentino si quería convertirse en el Biaggi de 125 a lo que él respondió que, en todo caso, sería Biaggi el que se querría convertir en el Rossi de 250. La pregunta era malintencionada y buscaba un titular, pero Valentino no se arrugó y dio una respuesta polémica. En la siguiente cita, el Gran Premio de Japón, Max le dio la respuesta a sus palabras. El romano se acercó a Rossi cuando éste conversaba con algunos periodistas y le "aconsejó" que para hablar de él antes debía lavarse la boca. Y ahí empezó todo. Las celebraciones de Rossi también ayudaron a aumentar la rivalidad entre ambos pilotos. En esa época Rossifumi (apodo que utilizaba en 125) comenzó con sus disfraces durante la vuelta de honor para hacer algo más que saludar y pasearse con la bandera de su país. Cuando Rossi ganó en Mugello (1997) y paseó una muñeca hinchable algunos periodista pensaron mal y lo achacaron a que se estaba burlando de Biaggi, quién había anunciado que Naomi Campbell (que por entonces era su novia) asistiría al Gran Premio. El supuesto nombre de la muñeca (Claudia Schiffer, que guarda un gran parecido con schifo, en italiano asco) no hizo más que magnificar la situación. En realidad, el paseo con la muñeca hinchable estaba previsto para Imola ´96 pero un problema mecánico privó del triunfo a Rossi con lo que la celebración se pospuso.
Tras cuatro títulos en el cuarto de litro Biaggi decidió que era el momento de dar el salto a la clase reina y lo hizo a lomos de una NSR 500 oficial pero dentro de un equipo satélite. Con el patrocinio de Marlboro y el experimentado Erv Kanemoto encargándose de la parte técnica, Max tenía lo necesario para despuntar en 500. Mientras tanto, Rossi también cambiaba de categoría, pero en su caso el salto era a 250. Su encuentro en las pistas aún no se produciría, pero Valentino podría compararse con los numerosos records que había acumulado Biaggi en su prolífica andadura en el cuarto de litro. Rossi era consciente de esto y para su primer test en Jerez solicitó a Dunlop un neumático que le permitiera aprovechar las virtudes de su pilotaje, claramente marcadas por su participación en 125. Valentinik (así se hacía llamar en su etapa 250) sorprendió a todos al batir el record de Max pero por el camino besó el asfalto en más de una ocasión. Durante 1998 los dos pilotos tuvieron suficientes asuntos de los que preocuparse en la pista como para rivalizar fuera de ella. Biaggi realizó un debut espectacular y estuvo luchando por el título hasta el final aunque se tuvo que conformar con el subcampeonato. Rossi supo reponerse de los errores iniciales y las numerosas críticas que recibió y finalizó la temporada con cuatro victorias consecutivas, logrando el subcampeonato y mostrándose como el mejor piloto de la categoría.

De cara a 1999 se produjeron cambios importantes para ambos pilotos. Biaggi cambió Honda por Yamaha porque quería recibir el trato como primer piloto de una fábrica (Honda no se lo consintió porque corría en un equipo privado y porque Doohan era el campeón y tenía ese privilegio) y encargarse del desarrollo. Pero su fichaje por la firma de los diapasones terminó siendo un error puesto que, tanto el piloto como la fábrica fueron incapaces de interrumpir el monopolio de Honda. Para Valentino el camino hacia el título parecía un camino de rosas tras los cambios que se produjeron en el organigrama de Aprilia (Tsetsuya Harada pasó a 500 con Aprilia y Capirossi tuvo que emigrar a Honda Gresini), motivados por el conflictivo final de la temporada anterior (Loris tiró al suelo a Tsetsuya en la última carrera y se hizo con el título).
Durante los entrenamientos invernales de Sepang se produjo un nuevo episodio que ayudó a aumentar la tensión entre dos pilotos que aún no había competido juntos. Rossi sufrió una caída en la que su moto quedó inservible. Con el circuito vacío, no tenía posibilidad para volver al box, pero el destino quiso que Biaggi pasara por allí en ese momento y se ofreciera a acercarle. Aunque el gesto solo se podría calificar como deportivo, Max lo utilizo más adelante para hacerse la víctima señalando su comportamiento como ejemplar y acusando a Rossi de portarse mal con él.
En 1999 Biaggi no pudo aprovechar la lesión de Doohan para hacerse con el título, y tuvo que ceder frente a Crivillé. Probablemente Max hubiera tenido más opciones si hubiera permanecido en Honda ya que la YZR 500 aún estaba lejos de ser tan completa como las poderosas NSR. Rossi se coronó en 250 tras conseguir nueve victorias y tener que concentrarse hasta el final de temporada en un campeonato que, aunque se complicó por un mal inicio de temporada, nunca corrió peligro. Los cantos de sirena de la categoría reina llegaban desde varios lugares porque Valentino era una pieza codiciada. Aprilia le ofreció cifras mareantes para que continuara con ellos en 250 o saltara al medio litro con su poco competitiva bicilíndrica. Finalmente se decantó por fichar por Honda, con una moto oficial pero dentro de una estructura completamente independiente patrocinada por Nastro Azzurro (que ya le había acompañado en 125 y 250) y con Burgess como jefe técnico. Su llegada a la categoría reina se producía en unas condiciones magníficas (similares a las que tuvo su archienemigo), pero Max no dudo en lanzarle varios recaditos: Ahora Rossi viene con los grandes, viene a 500, y se enfrentará con los pilotos de verdad. Ahora tendrá que quitarse todas las máscaras y guardarlas en el armario, ya no podrá hacer más el payaso.

miércoles, 6 de mayo de 2009

GP Jerez: MotoGP

Cuando Valentino se encontraba en una situación comprometida fue capaz de conseguir una victoria muy importante, que le sitúa líder del campeonato. Una vez más, Rossi demostró que nuca se rinde y esta persistencia le permitió alcanzar a Dani y encaminarse plácidamente hacia su primer triunfo de la temporada. El binomio Rossi-Burgess fue capaz de sacar adelante una situación comprometida con una fórmula que dominan mejor que nadie en la parrilla. Y es que esta es la enésima ocasión en la que son capaces de encontrar solución a sus problemas entre la tarde del sábado y el warm up. De ahí que en el pódium Valentino se mostrara tan cariñoso con su jefe técnico. El italiano siempre ha valorado mucho el trabajo de Jeremy, pero desde que perdieron dos mundiales consecutivos las muestras públicas de agradecimiento, cariño y admiración han aumentado. No es casualidad que en la primera victoria de la temporada fuera Burgess, y no otro, el encargado de subir al pódium para recibir el trofeo que premia al equipo ganador. El tercer puesto de Jerez es un resultado magnífico para Stoner. Aunque los test IRTA generaron buenas sensaciones en el seno de Ducati, Casey minimizó daños en un Gran Premio que siempre se le atraganta. Cuando se dio cuenta de que su pelea no iba a estar con Dani y Valentino supo mantener la cabeza fría y fue inteligente pensando en el campeonato. Además aguantó muy bien la presión de Lorenzo y no cometió errores, con lo que recupera la segunda posición del campeonato y despeja cualquier duda sobre quien será el gran rival de Rossi.

Cuando la carrera se presentaba como una gran oportunidad para que Lorenzo diera un nuevo golpe psicológico a Rossi, el piloto español mostró sus debilidades. Jorge lamentó que el cambio de temperatura le impidiera pilotar como el sábado y que la moto no se comportó de la misma manera. Pero la carrera recordó sospechosamente a la del año pasado. Lorenzo tenía ritmo para ganar pero la salida y el tirón de Pedrosa primero, y el adelantamiento de Rossi después, condicionaron su rendimiento. Mientras que en Motegi vimos su versión sólida, en Jerez se mostró dubitativo y los nervios al ver que sus rivales se escapaban le hicieron pilotar peor. Jorge fue el único piloto de cabeza que no fue capaz de bajar a 39. A mitad de carrera mejoró su ritmo (o no bajó tanto el ritmo como Stoner) y esto le dio esperanzas para luchar por el pódium. La caída fue un grave error se mire por donde se mire. Se va de vacío de Jerez cuando, en caso de adelantar a Stoner, tan solo hubiera sumado tres puntos más y las posibilidades de alcanzarle eran realmente reducidas. Además volvió a caerse en carrera, lo que le señala como un piloto irregular y despierta los fantasmas de 2008. Por si esto fuera poco, Pedrosa le iguala en puntos pese a los múltiples problemas que el piloto de Honda está teniendo en este inicio de temporada. En un año decisivo en la rivalidad entre ambos, Lorenzo da vida con sus errores al piloto catalán. Está por ver cómo afecta mentalmente este error a un piloto que necesita serenidad y elogios para demostrar su potencial.
La actuación de Pedrosa fue bastante buena, sobre todo si se compara con la de Dovizioso. Dani intentó repetir la carrera del año pasado pero esta vez no tuvo la ventaja que le otorgaron los neumáticos Michelin. En el T3 tuvo problemas durante toda la carrera y precisamente fue donde Valentino le adelantó. No es casualidad que en la zona con más frenadas en apoyo y que exige una buena puesta a punto de la parte ciclo Pedrosa flojeara. Las piezas y reglajes del 2008 que utilizó se mostraron vulnerables en los mismos apartados: el desgaste de los neumáticos. A mitad de carrera no fue capaz de llevar un paso por curva rápido ni de apurar las frenadas como en las primeras vueltas (se pasó de frenada en varias ocasiones) pero también tuvo algunos problema al acelerar y se veía que en la zona rápida no conseguía traccionar correctamente. De hecho, Dani pasó de ser muy rápido en el T4 a perder varias décimas con Rossi en ese punto. Probablemente el neumático trasero y el delantero se degradaron en exceso, lo que es una noticia pésima porque evidencia que la moto falla en varios apartados. Resulta paradójico que en Motegi fuera capaz de mantener un ritmo alto hasta el final con una goma defectuosa y en Jerez el rendimiento de sus neumáticos bajara a media carrera. Pedrosa se encuentra en una encrucijada. Si utiliza la moto del año pasado tiene datos para los reglajes pero tendrá problemas de desgaste. En cambio, si se decanta por la versión 2009 será difícil que consiga rendir al nivel esperado. Honda debe ponerse las pilas si quiere ofrecer material competitivo a sus pilotos, quienes están muy descontentos con el funcionamiento de la RCV.

El cuarto puesto de Randy De Puniet supone su mejor resultado desde que corre con una Honda satélite. El francés ha pasado de sufrir demasiadas caídas a convertirse en el privado de Honda mejor clasificado. Randy es un piloto que depende mucho del neumático delantero y parece que con Bridgestone está encontrando soluciones que Michelin no le ofrecía. Jerez nunca ha sido un trazado de su agrado lo que añade mérito a su cuarto puesto. Además, este resultado le permite llegar muy motivado al Gran Premio de Francia.
Tanto De Angelis como Elías merecen un tirón de orejas tras otro fin de semana muy pobre. Alex debería sacar provecho de su experiencia con los Bridgestone para conseguir mejores resultados. En este sentido, De Puniet le ha dejado en evidencia. De Angelis tendría que aprovechar el poco partido que su compañero le está sacando a su RCV oficial para superarle en carrera y poner en entredicho su posición como líder del equipo. En el caso de Elías, el noveno puesto es un resultado desalentador por muchos motivos. Dovizioso finalizó delante suyo incluso teniendo una salida de pista lo que habla muy mal del ritmo de carrera de Toni. Además, viendo los entrenamientos del sábado y el warm up, parecía que Elías podría luchar por el quinto puesto (cuarto con la caída de Lorenzo). Pero no logró tiempos competitivos ni cuando los neumáticos se calentaron ni cuando el depósito se vació, que son los dos apartados que más le perjudican. Una carrera más hay que destacar la actuación de Marco Melandri. Con su quinto puesto se sitúa por delante de las Suzuki en la clasificación, algo que tiene que avergonzar a la fábrica de Hamamatsu. En teoría Kawasaki no está trabajando en el desarrollo, pero la moto ha mejorado notablemente con respecto a la del año pasado. Melandri tiene plena confianza en el comportamiento del tren delantero lo que le permite exprimir las virtudes de su pilotaje, esto es, las frenadas y la entrada en curva. Pero además, el tren trasero de la moto es más estable y la electrónica ha sido mejorada, con lo que el principal punto débil de la ZX RR ha sido mejorado. La pruebas con el motor screamer se han dejado a un lado definitivamente y los ingenieros de Kawasaki se han centrado en mejorar la versión big-bang. Viendo el rendimiento de su único piloto la fábrica debe estar lamentando su "salida" del mundial ya que su moto no va pintada del verde que les caracteriza en una temporada que, hasta el momento, está muy por encima de lo esperado. Su fichaje por el Hayate Team (tras unas semanas de incertidumbre) ha supuesto el renacer de Melandri como piloto. Hayden debe mirar con resignación el papel que está desempeñando su predecesor en Ducati.

lunes, 4 de mayo de 2009

Recital en Jerez

125

La primera victoria de Smith en el mundial le acerca al liderato del mundial y le permite liberarse de la presión que supone estar muchas carreras en los primeros puestos pero sin conseguir el triunfo. La carrera fue importante en sus aspiraciones al título ya que en Qatar y Motegi tuvo problemas y perdió puntos importantes que ahora ha podido recuperar. Se preveía que la carrera fuera una lucha entre Simón, Ianonne y él pero el error en la salida de sus rivales le ayudó a rodar más tranquilo sin tener que soportar una gran presión. En cualquier caso su ritmo fue muy rápido.
Tanto Ianonne como Simón cometieron errores infantiles, que no se pueden permitir si su objetivo es el mundial. Andrea no supo controlar la ansiedad al ver como Julián remontaba posiciones sin problemas y se precipitó, hipotecando todas sus opciones de sumar puntos. Simón estaba realizando una buena remontada cuando se fue por los suelos. El piloto toledano se olvidó de la duración de la prueba y quiso alcanzar a Smith antes de tiempo. Nunca debió sobrepasar su límite. Aunque las diferencias se mantuvieran estables (tras varias vueltas en las que Julián se había acercado), el desgaste de los neumáticos era un factor a tener en cuenta y que le podría haber permitido la remontada. Su error es aún más grave teniendo en cuenta que con la caída de Ianonne el segundo puesto era un gran resultado.

El segundo puesto de Gadea es un gran resultado que le ayudará a ganar en confianza tras un inicio de campeonato que le había puesto en evidencia como piloto. Las circunstancias han tenido mucho que ver en que se diera este resultado porque dentro del grupo varios de sus rivales están más en forma que él y tienen más talento. Sin el lance entre Folger y Espargaró, Sergio no hubiera tenido opciones de subir al pódium ya que cometió varios errores en las últimas vueltas cuando debía prepararse para lanzar el ataque definitivo. También se equivocó al intentar mantener la segunda plaza y Márquez se pudo aprovechar de ello, pero la potencia de la RSA (y algún fallo en la KTM en palabras de Marc) le permitió recuperar la segunda plaza. La siguiente cita es en Le Mans, un circuito que se le da bien y en el que ha ganado. Su actuación en Francia marcará su rendimiento en lo que queda de temporada. Si no es capaz de rodar en tiempos competitivos difícilmente luchará por unos objetivos acordes a su situación en el mundial (Aspar Team, experiencia en la categoría y con la RSA).

Pol Espargaró se quedó sin el premio que llevaba toda la carrera buscando tras el toque con Folger. Aunque su actuación hasta el accidente fue buena, el ritmo que impuso al grupo estaba muy lejos de ser competitivo. Es difícil comprender que Pol rodara tan rápido (o lento) en esta carrera como lo hizo en 2007 cuando afrontaba su primera temporada en el mundial y lo hacía lomos de una RS. Espargaró pudo situarse como líder del campeonato en caso de finalizar en el pódium, pero el cronómetro indica que aún está muy lejos de los pilotos de cabeza y que este liderato sería ficticio. Su posición en el campeonato (3º) es la nota más positiva para un piloto que corre el riesgo de estancarse si no mejora. En años anteriores él era la promesa del motociclismo español, pero Márquez está haciendo méritos de sobre para restarle protagonismo. La nota positiva del Gran Premio la protagonizó Jonas Folger que fue capaz de recuperar desde los últimos puestos y pelear por el pódium en su tercera carrera en el mundial. En Qatar y Motegi ya mostró que es un piloto con talento y que puede rodar en tiempos más competitivos de los que la lógica señala al tratarse de un novato. Su agresividad y su rendimiento en las frenadas son los puntos que cabría destacar de él ya que no tuvo problemas en adelantar a pilotos más experimentados. Sin embargo, no supo controlar la excitación propia de las últimas vueltas y cometió un error de cálculo que le llevó por los suelos. Al intentar superar a Márquez, que iba muy pegado a Pol, no midió bien y tocó al segundo. Aunque se va de vacío de este Gran Premio, está demostrando que tiene un gran futuro y está dejando en evidencia a pilotos consagrados como Corsi, al que aventaja en 9 puntos.
Marc Márquez logró su segundo pódium delante de una afición a la que está convenciendo a base de actuaciones meritorias. Realizó un planteamiento de carrera inteligente y dejó a otros pilotos que llevaran el peso de la carrera mientras él se limitaba a estudiarlos y preparar el final de carrera. Su táctica le permitió no desgastarse en exceso y no mostrar sus puntos débiles. Cabe destacar que cuando un rival le supera por el interior Marc se olvida de la trazada convencional y se abre mucho para tener ventaja a la salida del viraje. El accidente de Pol cambió una situación de carrera en la que Márquez parecía capacitado para superarle en la última frenada. Aunque tras la carrera comentó que un fallo en el motor de la KTM le impidió alcanzar el segundo puesto, es probable que al cerrarse en la última frenada no tuviera una buena trayectoria en la salida y Gadea le aventajara en aceleración.

250

La sensacional victoria de Hiroshi Aoyama le permite colocarse líder del mundial y sirve como aviso para sus rivales. Aunque la situación puede cambiar en circuitos más rápidos (que favorecen a las Aprilia) esta temporada no será un monólogo Bautista-Simoncelli. La clave de su triunfo estuvo en que no solo fue capaz de aprovechar los tramos del circuito en los que su Honda funcionaba bien sino que fue muy rápido en el T4, lo que tiene mucho mérito ya que las motos de Noale son más estables y eficaces en los virajes rápidos. Hiroshi no rodó de forma conservadora y se puso al frente para intentar escaparse. Su final de carrera fue magnífico en el planteamiento y en la ejecución. Tenía controlados a sus rivales y sabía en qué puntos debía atacar. Además supo conservar los neumáticos y llegar fresco al desenlace. Cuando se dio cuenta de que Simoncelli y Barberá se habían quedado cortados, no se metió en guerras absurdas y cedió la iniciativa a Bautista, esperando la última vuelta. Aoyama esperó en Dry Sack y recuperó el liderato en Nieto, consciente de que Bautista se había colado varias veces en el viraje de entrada a meta. Llegar a la última frenada en cabeza era el marco perfecto para el piloto nipón y lo supo aprovechar. Su moto es más estable en las frenadas, lo que añadió dificultad a la maniobra de Álvaro, y además es más ágil (gira más rápido) en las curvas cerradas y acelera muy bien en marchas cortas (porque la entrega de potencia del motor de láminas es más dócil que en el de válvulas rotativas). Aoyama supo crear un escenario en el que era ganador y no cometió errores que comprometieran su estrategia.
El temor a que Simoncelli (y Aoyama) se escaparan en pos de la victoria condicionó la carrera de Bautista. De ahí que en las primeras vueltas intercambiara adelantamientos con el italiano en lugar de quedarse a su rueda estudiándolo. Pero cuando el grupo se compactó y comenzó el festival de adelantamientos Álvaro no se arrugó y corrió de forma agresiva. Mostró la misma determinación que cuando llegó de 125 como campeón y quería disputarse con Lorenzo y Dovizioso el liderazgo de la categoría. Corrió sin guardarse nada y este cambio sorprendió a Simoncelli, pero jugó en su contra en la lucha con Aoyama. Bautista mostró sus cartas en cuanto a puntos de adelantamiento y debilidades (los errores en la frenada de la última curva) y no quiso cerrar el hueco a la entrada de Nieto lo que le costó la victoria. En cualquier caso, ésta es la línea que debe seguir para pelear por el título.

La carrera de Simoncelli estuvo por debajo de lo esperado. El actual campeón del mundo no supo contrarrestar la agresividad de Bautista y la presencia de Aoyama y se encontró en una situación incómoda y desconocida para él. No tuvo claro si conservar o atacar y esta indecisión le perjudicó. Las tres caídas sufridas en entrenamientos fueron otro hándicap ya que no tenía plena confianza en el tren delantero. De hecho, estuvo a punto de irse al suelo en Nieto y ahí perdió sus opciones a la victoria. En esta ocasión no salió vencedor en las maniobras ajustadas (los adelantamientos de Aoyama a Bautista en Dry Sack en los que él se vio envuelto) y esto le hizo ir a remolque. Aunque Marco volvió a mostrarse fuerte en las frenadas y era capaz de retrasar la entrada en curva en varias zonas, esto no le sirvió de nada y perdió aún más puntos en la clasificación. Las próximas carreras serán decisivas en sus aspiraciones al campeonato. Cualquier caída o fallo mecánico le hundiría en la tabla, por tanto, deberá hilar muy fino para recortar puntos sin exponerse a un error.
La mano de Sito Pons se dejó ver en el planteamiento que puso en práctica Barberá. La estrategia fue muy inteligente ya que le permitía mantenerse en el grupo sin cometer errores, conservando (neumáticos y fuerzas) para el final de carrera y pudiendo estudiar a sus rivales. Aunque el resultado no fue el esperado porque al adelantar a Simoncelli ambos se quedaron cortados, Héctor debe continuar con este tipo de carreras. Ciertamente iba un poco apurado tras el trío de cabeza, pero al menos aguantó con ellos en una pista que no se le da bien. En cualquier caso, fue capaz de mantener un ritmo rápido en unas condiciones (mucho viento) que suelen lastrar su rendimiento. Lo más importante es que no cometió ningún error que comprometa su posición en el campeonato. Héctor quedó muy molesto con la maniobra final de Simoncelli (le superó de forma agresiva en la última curva y le obligó a levantar la moto) y amenazó con tomarse la justicia por su mano si el actual campeón del mundo no era amonestado por la dirección de carrera. El año pasado se guardó la venganza de Mugello hasta Misano, y Marco sabe que el piloto valenciano es quién le puede ocasionar más problemas en una lucha cuerpo a cuerpo.
Próxima entrada: GP Jerez MotoGP