martes, 6 de enero de 2009

El campeón de Kentucky (2ª parte)

En su primer año en el Campeonato del Mundo había evidenciado una mejora importante, pero la posibilidad de conseguir su primera victoria aún quedaba lejos. Lo importante es que se había ganado la confianza de Honda después de un comienzo de temporada muy difícil. Su progresión se vio favorecida por los consejos de Doohan, el material que tenía a su disposición y sobre todo su propio trabajo. Nicky acumuló más vueltas que nadie a lomos de su moto y supo continuar adelante pese a los momentos de frustración provocados por la incapacidad de rodar con los mejores y de no tener a su familia junto a él. Pero su objetivo era más que luchar por el pódium ocasionalmente y para ello debería continuar mejorando.

El cambio de compañero de equipo tuvo mucha importancia de cara a 2004. El paso de Valentino a Yamaha, junto a buena parte de sus mecánicos de Honda, tuvo consecuencias que afectaron a Hayden. HRC modificó su organigrama para las carreras y decidió que Max y Sete (ambos en equipos satélites) serían los encargados de llevar el desarrollo de la RCV porque creían que Nicky no estaba preparado para esta labor ya que carecía de experiencia. Barros, que le acompañaría en el equipo Repsol, tampoco evolucionaría la moto como castigo por su marcha a Yamaha en 2003. El cambio de compañero suponía mayor presión para Hayden. Junto a Rossi estaba claro quién era el líder del equipo y, por tanto, quien debía conseguir resultados. Pero en 2004 tendría un compañero de box con quien le compararían y al que debería batir. La prensa tenía fe en las posibilidades de Nicky tras su primera temporada y muchos le situaban entre los tres primeros clasificados a final de temporada, pero no todo iba a ser coser y cantar. Los planes de Honda le perjudicarían ya que tanto Biaggi como Gibernau, especialmente el primero, tenían estilos de conducción diferentes y sus prioridades en la evolución no se amoldarían a lo que Nicky quería. Honda centraría su desarrollo en el piloto que mejor colocado estuviera tras las primeras carreras, lo que significaba otro hándicap para Nicky que debía arriesgar pero no podía permitirse el lujo de cometer errores.

La primera cita vio a Rossi conseguir la victoria mientras Nicky finalizaba quinto tras Biaggi, Gibernau y Barros. Bajo la lluvia de Jerez repitió resultado y nuevamente le superaron sus compañeros de marca. Las siguientes citas supusieron un jarro de agua fría para su posición dentro de Honda. No pasó del duodécimo puesto en Le Mans y no puntuó en Mugello y Montmeló. En Assen consiguió otro quinto puesto y, de ahí en adelante, se liberó de la presión por conseguir resultados y logró mejorar. Encadenó dos terceros puestos en Río y Sachsenring. En la pista alemana tanto él como Barros recibieron unos escapes nuevos de Honda (que tenían una entrega de potencia más suave) porque Gibernau no quiso probarlos, y le sirvieron para batir a Valentino aunque su compañero de equipo terminó delante suyo. En Donington quedó cuarto lo que le permitía irse de vacaciones con la conciencia tranquila pero con un objetivo en mente: conseguir una victoria o, al menos, pasar del tercer puesto. Llegó a Brno decidido a mejorar pero su ímpetu le llevó por los suelos cuando rodaba en los primeros puestos. Esta caída trajo consigo un nuevo bajón ya que no pudo sumar puntos en Estoril y Motegi. Sus últimas actuaciones volvían a sembrar dudas y Nicky tenía de plazo hasta final de temporada para disiparlas. En Qatar finalizó quinto y mejoró una posición en Sepang, pero siempre superado por Barros. En Phillip Island no pudo pasar del sexto puesto y en Cheste se quedó sin puntuar una vez más.

Su segunda temporada en el mundial le sirvió para continuar curtiéndose pero cometió demasiados errores y en Honda comenzaban a cuestionarse su potencial. Terminó en novena posición y con seis abandonos de dieciséis carreras. La sensación era que aún tenía margen de mejora pero que en dos temporadas había tenido suficiente margen para conseguir una victoria y ser más regular. Además el trabajo con la puesta a punto no era muy efectivo, fruto de la poca experiencia que adquirió en el campeonato americano. No era solamente que no tuviera unos conocimientos previos, sino que su sensibilidad para apreciar los cambios y para transmitir las sensaciones a los ingenieros tampoco era ejemplar. Tras dos años en MotoGP pocos eran los que confiaban en que Nicky pudiera dominar como en el AMA y ser la referencia de la categoría.

Hayden se enfrentaba a una temporada crucial y estaba determinado a mejorar su rendimiento. La receta fue la que le caracteriza: trabajo y esfuerzo. Por primera vez cuajó una buena pretemporada, en la que los nuevos neumáticos de clasificación de Michelin tuvieron mucho que ver. Su efectividad con ellos mejoró espectacularmente aunque su ritmo de carrera no creció del mismo modo. Un año más Nicky tendría un nuevo compañero de box: el problemático Biaggi. Por fortuna para el estadounidense, los problemas que Max provocó le permitieron recibir un mejor trato de Honda. Además la marca del ala dorada seguía empeñada en batir a Rossi y esto hizo que el ritmo al que aumentaba la potencia de las motos fuera mayor. Este detalle beneficiaría a Hayden ya que le permitiría desarrollar un estilo de pilotaje parecido al que se utiliza en speedway. Pero la mayor alegría para él fue la inclusión de Laguna Seca en el calendario. Podría correr en su país, delante de sus aficionados y en un trazado que, al contrario que la mayoría de sus rivales, conocía a la perfección

La primera cita del año fue Jerez y Nicky se fue por los suelos cuando tenía el tercer puesto asegurado. En lugar de conservar intentó seguir a Rossi y Sete y lo pagó caro. Después de un 2004 irregular comenzar el año con una caída era lo peor que le podía suceder y tardaría en recuperarse. En Estoril y China, carreras disputadas en condiciones de lluvia, terminó séptimo y noveno lo que evidenciaba que su pilotaje en agua aun no estaba al nivel de los mejores. En Le Mans finalizó sexto y repitió resultado en Mugello. El quinto puesto de Montmeló fue su mejor resultado del primer tercio de la temporada, claramente por debajo de las expectativas del piloto, del equipo y del público. Pero a partir de Assen la situación mejoró notablemente, en parte por la cercanía del Gran Premio de Estados Unidos. En el mítico trazado holandés fue cuarto y esto le permitió llegar a Laguna Seca con confianza. En la pista californiana dio todo un recital y se estrenó en MotoGP tras dos años y medio de espera. Consiguió la pole, la vuelta rápida de carrera y ganó rodando en solitario merced a un ritmo de carrera superior a sus rivales. De hecho se permitió el lujo de no apretar en exceso y, sencillamente, controlar a sus rivales a través de la pizarra. Su primer triunfo fue un gran alegría para el piloto y para su familia que le acompañó al completo durante el fin de semana, pero sobre todo fue una liberación después del sufrimiento padecido por la falta de resultados. De ahí en adelante sus actuaciones mejorarían enormemente aunque tuvo que esperar a que pasara la lluviosa cita de Donington en la que no sumó puntos. En Sachsenring peleó hasta el final por la victoria junto a Sete y Valentino. Tras el parón veraniego llegó la clásica cita de Brno en la que hasta entonces nunca había destacado. Esta vez finalizó quinto a un segundo del pódium. En Motegi tan solo pudo ser séptimo pero mejoró esta actuación en Sepang con un cuarto lugar siendo el primer piloto Honda. En Qatar finalizó tercero y en Phillip Island luchó por la victoria junto a Valentino pero no pudo imponerse al piloto de Yamaha. Rossi era consciente en la cita australiana que Nicky era su mayor rival y su estrategia fue colocar a Melandri entre él y Hayden antes de pegar el tirón para pillarle desprevenido. Sus adversarios ya le veían como un rival peligroso pero aun debía dar un salto de calidad para imponerse a ellos. En Turquía cosechó el enésimo tercer puesto que le situaba en posición de jugarse el subcampeonato con Melandri. La cita de Cheste fue un mano a mano entre ambos y finalmente Marco ganó la carrera por 97 milésimas y logró el subcampeonato. Nicky se tuvo que conformar con el tercer puesto del campeonato pero había conseguido cuajar su mejor año.

La temporada 2005 puso de relieve varios detalles. Por un lado Hayden demostró que era capaz de luchar por el título ya que se había mostrado muy regular, especialmente en la segunda mitad del campeonato. Por otro lado, Honda se percató de que era necesario realizar un cambio generacional y apostar por los pilotos jóvenes que habían superado claramente a Sete y Max. Hayden, Melandri y el recién ascendido Pedrosa serían los pilotos punteros de Honda en 2006.

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