jueves, 29 de octubre de 2009

A punto de caramelo

La victoria de Aoyama, fruto de una actuación sensacional, le permite llegar a Valencia con el mundial prácticamente decidido. Hiroshi se mostró muy rápido desde el primer entrenamiento y dejó claro que sus últimas actuaciones fueron pequeños resbalones que estaba dispuesto a subsanar. El piloto de Honda era, con diferencia, el más rápido en el T3, el más importante para marcar diferencias ya que es el que más exige tanto a la moto como al piloto. Además, era muy rápido en el último parcial algo sorprendente dado que el motor de su Honda es menos potente y, por tanto, lo lógico sería que perdiera tiempo. Sin embargo Hiroshi era muy rápido porque salía muy bien de los dos virajes que precedían a las enormes rectas del trazado malayo. La combinación de la entrega de potencia del motor Honda y de unas trazadas muy acertadas (siempre buscando abrir gas lo antes posible y levantando la moto rápido) fueron determinantes en este sentido. La puesta a punto que consiguió Aoyama fue una de sus grandes armas ya que no solo le permitió ser más rápido que sus rivales sino que le permitía enfrentarse a ellos en el cuerpo a cuerpo con garantías. El piloto japonés se mostró muy efectivo en las frenadas y, cuando decidió atacar a Simoncelli, demostró que manejaba varios puntos de adelantamiento. Cabe destacar la frialdad con la que afrontó la lucha con Marco, ya que no perdió los nervios tras su salida de pista y sus movimientos siempre estuvieron bastante bien calculados en una carrera en la que tuvo que soportar una gran tensión. Pero tampoco se desgastó excesivamente. Se mantuvo a rueda bastante tiempo, conservando los neumáticos (un factor que resultó decisivo en los últimos compases) y presionando a un Simoncelli que, una vez más, prefirió rodar en cabeza, aunque en esta ocasión fue por miedo al ataque de su rival.


En Valencia le bastan cinco puntos para conseguir un título que nadie podía prever al principio de la temporada. Lo más probable es que Aoyama opte por ser prudente y prefiera no meterse en peleas, especialmente con Simoncelli. Si finalmente consigue el título lo habrá merecido a pesar de que ha sumado menos victorias que Marco. Sin embargo, Hiroshi ha luchado todo el año con una moto que, a pesar de las mejoras, era inferior a las RSA y todo esto sin cometer ningún error pese a que han sido muchas las carreras en las que ha rodado al límite. El único pero es que todavía no haya cerrado el título viendo la cantidad de errores que ha cometido el piloto de Gilera.

Simoncelli supo remontar con bastante facilidad tras una mala salida que le pudo costar muy caro. No tuvo tantos problemas como Aoyama para superar a Cluzel (al principio de la carrera) y meterlo entre medias de ellos dos, algo que pudo jugar a su favor, aunque tampoco tenía ritmo suficiente para escaparse en solitario. Marco se mostró bastante fuerte en el cuerpo a cuerpo y logró contener a Hiroshi durante bastantes vueltas, pero por el camino realizó una serie de maniobras para “obstaculizar” a su rival. La más evidente, y que estuvo a punto de costarle un disgusto a Hiroshi, fue el empujón saliendo de la última curva que le envió al césped. En esta ocasión, Simoncelli rodó más encendido de lo habitual y cometió bastantes errores, algo impropio de él. En la frenada de la recta de atrás Marco siempre se cerraba hacia el interior una vez que había iniciado la frenada. De esta manera, cuando Aoyama intentaba superarle le dejaba menos espacio y el piloto japonés no conseguía mantenerse dentro de la trazada. Otras de los trucos que empleó fue el de parar la moto en mitad de la curva, para obligar a su contrario a frenarse, y después acelerar antes que él y conseguir unos metros de ventaja. Esta maniobra la realizó varias veces y siempre en la doble curva de derechas que precede a la horquilla en la que Bautista se cayó. Una vez que Aoyama se escapó tampoco quiso ceder la iniciativa a Barberá y se mantuvo varias vueltas tratando de cerrarle las puertas. Sin embargo, en la última curva volvió a cometer un error al irse largo y también perdió el segundo puesto. Cabe destacar que, por un lado, Marco era bastante superior a Héctor en las frenadas, y no debió asumir tantos riesgos. Por otro lado, cerró la puerta en la curva que precede a recta de atrás y, por tanto, perdió velocidad a la salida del viraje y Barberá pudo pegarse a su rueda y aprovechar el rebufo. En Valencia, un circuito que se le da muy bien, apurara sus últimas opciones y la duda está en ver como lo hace. Tal vez recurra al juego sucio, tal y como hizo Capirossi con Harada en el 98, o tal vez se limite a buscar una victoria sin meterse en guerras. Pensar en un error o una rotura de Aoyama sería atrevido viendo su regularidad y la fiabilidad de su moto, aunque habrá que tener en cuenta la lluvia, ya que podría ser un factor determinante en la definitiva carrera de Valencia.


El segundo puesto de Barberá se debió a varios factores que jugaron a su favor. Su vuelta rápida en carrera fue mejor que la de Simoncelli, lo que le otorgó el segundo cajón del pódium. Pero para llegar a esta situación tuvo que aguantar a rueda de Simoncelli, algo que no habría conseguido de no ser por la pelea que este mantuvo con Aoyama. En Sepang Héctor volvió a tener algunos bajones en determinadas fases de la carrera y estuvo a punto de quedarse descolgado. En una carrera por eliminación, Barberá fue el más favorecido tras todos los incidentes. Tenía algunos problemas en las frenadas que le hicieron perder puestos en la primera mitad de la prueba y que le impidieron atacar a Simoncelli. Fue sorprendente ver como Héctor no llegaba a meterle la rueda, cuando él suele protagonizar maniobras bastante agresivas. Al contrario que sus rivales, Barberá trazaba la última horquilla aprovechando todo el ancho de la pista (fuera-dentro-fuera) con lo que ganaba en paso por curva pero perdía en las frenadas. Tanto Cluzel como Aoyama y Simoncelli frenaban mucho más tarde y, aunque llegaban ligeramente colados, eran más rápidos en conjunto y tenían más opciones de adelantar. Con este resultado, Héctor está bien posicionado para finalizar el campeonato tercero, un resultado aceptable que entraba dentro de lo normal. Lo que nadie podría esperar es que finalizara por delante de Bautista quien, a priori, debería estar más arriba en la clasificación. En Valencia deberá mantener su posición en el campeonato e intentar luchar por la victoria en un circuito que se le da especialmente bien.


Un nuevo descalabro, el tercero consecutivo, de un Bautista que se ha desinflado tremendamente en las últimas pruebas. Como es habitual en él realizó una remontada bastante buena, pero cometió un error difícil de comprender. Desde la imagen on-borad se pudo apreciar como en el momento de la caída, Álvaro llevaba una velocidad increíblemente alta. Estaba a punto de entrar en la curva más lenta del circuito e iba realmente rápido. Tal vez, en su intento de acercarse a los pilotos que le precedían estaba apurando más las frenadas y al tener delante la referencia de Cluzel (que frena muy tarde) se encontró con una sorpresa inesperada que se saldó con una caída. O tal vez, Bautista no está lo suficientemente centrado en estas últimas pruebas y, por ello, su pilotaje (y su rendimiento en general) ha bajado tantos enteros. En Cheste deberá salvar el honor en una temporada que está resultando desastrosa, viendo los objetivos iniciales, y en la que hay que remontarse a mitad de año para encontrar los resultados que se esperaban de él.


Desde los entrenamientos se pudo ver que Jules Cluzel podría tener un papel protagonista en la carrera. El piloto francés tiene un pilotaje particular (frena muy tarde, cierra la entrada del viraje y no deja correr la moto en las curvas) que lo convierte en un duro obstáculo para sus rivales. Especialmente cuando, como ocurrió en Sepang, su antigua RS se muestra tan rápida en las rectas. Hiroshi tardó en encontrar la manera de superarle en las primeras vueltas por estos motivos. De hecho, en su primer intento se fue largo, perdió varias posiciones y también la opción de escaparse desde el principio y tener una carrera tranquila. Cluzel trazaba de forma diferente al resto de sus rivales las curvas largas del T3. En lugar de aprovechar el ancho de la pista y dejar que la moto perdiera velocidad de forma natural, Jules trazaba recorriendo menos metros y ajustando la velocidad de entrada con el freno y el acelerador. Aunque estas trazadas dificultan enormemente el adelantamiento tienen un aspecto negativo, y es que exigen más a los neumáticos, especialmente al delantero. Por esto, Cluzel tuvo problemas para seguir la estela de los dos candidatos al título cuando estos marcaron el ritmo y solo se pudo mantener con ellos, antes de sufrir la caída, porque estos se enzarzaron en una pelea que ralentizó el ritmo.

2 comentarios:

telémaco24 dijo...

bautista hace meses q tiene la cabeza en la suzuki, gran error... Me alegro por aoyama, se lo merece y siempre me ha caido bien. Aunque gane más carreras le está bien empleado a Simoncelli, se trata de que gane el mejor, no uno que gana la mitad de las carreras y en la otra mitad se cae...


Grande Valentino!!!!

Anónimo dijo...

Yo celebraría que el título como parece lo gane Ahoyama, conciudadano mio, con menos medios que otros, sobre todo una sola moto, y con el que pocos contaban.
Saludos.