miércoles, 16 de julio de 2008

El rey del diagnóstico


Tras su paso a Yamaha, Valentino y su equipo se encontraron con una montura complicada en muchos aspectos, y muy por debajo de la Honda y la Ducati. Pero gracias al talento del grupo capitaneado por Burguess y la estrella italiana, una marca con el potencial de Yamaha volvió a conseguir el título tras los logrados por Rainey. Y en este éxito la aportación de Rossi fuera de la moto fue crucial. No sólo por las indicaciones dadas a los ingenieros sino especialmente por la estrategia empleada para batir a la todopoderosa RCV.


Valentino conocía a la perfección las virtudes y los defectos de la Honda y supo acercar la M1 en cuanto a prestaciones a su rival e incidir en aspectos claves para derrotarlos. Rossi supo anticipar las situaciones que encontraría en carrera y preparó una trampa en la que los pilotos Honda caerían sin remedio. De hecho, no fueron capaces de encontrar solución al “rompecabezas” que les fue planteado.


En pretemporada Valentino supo sentar las bases del que sería un proyecto ganador. Conocedor de la superioridad del motor de la RCV decidió apostar por un motor muy aprovechable pero menos potente ( big-bang ). Sacrificó velocidad punta para conseguir una mejor entrega de potencia y mayor duración de los neumáticos. Y desarrolló un chasis con unas virtudes muy marcadas, agilidad y precisión en la entrada en curva. Además de lograr una moto efectiva en las frenadas, para tener algo de ventaja en el cuerpo a cuerpo. La moto era menos potente que las de la competencia y muy crítica de puesta a punto en determinados circuitos pero, en manos de Rossi, se mostraba muy competitiva. De hecho el italiano y su jefe técnico introdujeron aspectos técnicos y métodos de trabajo de su etapa Honda.


Sin embargo el factor diferencial fue la estrategia que Valentino llevó a cabo. Detectó la superioridad de la Honda a la salida del viraje por su mejor entrega de potencia que permitía deslizar la rueda trasera al abrir gas para dibujar la curva con mayor celeridad. Además la M1 era inferior en aceleración y velocidad punta. Tenía una buena capacidad de tracción, pero era difícil hacerla derrapar. Michelin desarrolló un nuevo neumático que fue importante en el devenir del campeonato. Este nuevo compuesto mejoraba la tracción lateral, con la moto muy inclinada, pero generó algunos problemas a los pilotos del ala dorada.


Con este panorama El Doctor sacó a relucir su plan que comenzó con unos planteamientos estratégicos soberbios. Al tener una mecánica inferior, era vital no dejar detalles al azar y el carismático italiano lo tenía todo bien atado. Forzaba el ritmo al inicio para formar un grupo de pocos pilotos donde no se viera bloqueado por el pelotón Honda. Una vez conseguido el margen su carrera pasaba a ser de poco desgaste. Se quedaba detrás de sus rivales para estudiarlos y conservar las gomas, de esta manera planeaba su ataque y podía intentar plagiar las trazadas de sus compañeros de viaje donde éstos eran superiores. Y a dos vueltas del final llegaba el definitivo ataque, donde su plan alcanzaba el mayor esplendor. Valentino pasaba a apurar más las frenadas, pero sobre todo entraba en el viraje más rápido realizando un paso por curva muy veloz, y en la salida buscaba la tracción por encima de todo. Biaggi y Gibernau debían forzar a la entrada pero su montura no era la idónea para ello y además comprometían la salida del viraje, el que era su punto fuerte. Rossi les llevaba a un terreno donde sabía que no iban a rendir y los chicos Honda no encontraban la manera de llegar en posición de adelantar. Para salir a las rectas próximos a su rival y aprovechar su mayor velocidad punta debían forzar a la entrada, pues de lo contrario perdían su estela. Pero al hacer esto pasaban más tiempo inclinados y era difícil traccionar con la misma eficacia que el binomio Rossi-Yamaha. Los pilotos Honda mostraban un vuelta a vuelta fabuloso en entrenamientos, con la pista despejada y pudiendo elegir sus trazadas. Pero cuando tenían delante a Valentino entraban en el circulo vicioso que generaba por su manera de pilotar la M1. Solo un error del italiano les daba opciones puesto que en su guión, era él quien se guardaba un as en la manga.

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