MotoGP Academy: El modelo global
Tras la positiva experiencia del CEV, Dorna se dio cuenta de que la búsqueda de futuras promesas no se podía limitar simplemente a pilotos españoles, sobre todo porque esto podría provocar recelos en otros países que lo podrían interpretar como un signo de favoritismo. Además, Dorna era la primera interesada en que salieran pilotos de países con poca tradición y que otros países con una gran historia pero que no destacan en los últimos años, recuperaran el protagonismo que tuvieron años atrás. Esto permitiría aumentar los ingresos por la cesión de los derechos de imágenes así como los de merchandising; y podría ayudar en la búsqueda de nuevos patrocinadores, nuevos Grandes Premios y, en general, aumentar la presencia y la importancia de MotoGP en el mercado. Y para lograr este objetivo Dorna intentó rodearse de lo mejor y se encontró con que hubo muchas partes interesadas.
Tras la positiva experiencia del CEV, Dorna se dio cuenta de que la búsqueda de futuras promesas no se podía limitar simplemente a pilotos españoles, sobre todo porque esto podría provocar recelos en otros países que lo podrían interpretar como un signo de favoritismo. Además, Dorna era la primera interesada en que salieran pilotos de países con poca tradición y que otros países con una gran historia pero que no destacan en los últimos años, recuperaran el protagonismo que tuvieron años atrás. Esto permitiría aumentar los ingresos por la cesión de los derechos de imágenes así como los de merchandising; y podría ayudar en la búsqueda de nuevos patrocinadores, nuevos Grandes Premios y, en general, aumentar la presencia y la importancia de MotoGP en el mercado. Y para lograr este objetivo Dorna intentó rodearse de lo mejor y se encontró con que hubo muchas partes interesadas.
El proyecto se inició a escala reducida. Bradley Smith fue el primer piloto que llegó al mundial tras tomar parte en la MotoGP Academy y lo hizo en el equipo Repsol Honda. Por entonces, los chicos de la Academia utilizaban motos Honda con kit HRC por lo que tenían material muy competitivo para el CEV. Este fue uno de los objetivos que se marcaron en el proyecto: poner a disposición de los futuros pilotos el mejor material posible. Alberto Puig se encargó de dirigir el proyecto al tener experiencia tras la Copa Movistar. Junto a él, Raúl Jara colaboraba en las labores de formación y Juan Martínez ponía su experiencia como jefe técnico. Red Bull se interesó desde el principio y se convirtió en el patrocinador principal. Los pilotos, que corrían becados, se trasladaban a una residencia de Barcelona donde les formaban en diversos campos. Por un lado, realizaban ejercicios físicos y les enseñaban a cuidar su dieta iniciándoles en la rutina de un deportista de élite. Además, llevaban a cabo sesiones de entrenamiento con motos de motocross y aprendían inglés. Cuando aún tenían poca experiencia, realizaban entrenos siguiendo la rueda de Jara para comprender las trazadas y lo que se requiere para llevar una moto de competición. Uno de los puntos que se puede comprobar en los pilotos salidos de la academia es que, independientemente de su nivel de competitividad, saben acompañar con el cuerpo a la moto y no adoptan posturas extrañas.
Mientras que Smith pudo dar el salto inmediato al mundial, varios pilotos se quedaron más tiempo formándose en la academia y participando en diversas pruebas, ya que no solo participaban en el CEV sino que tomaban parte en algunas pruebas de sus campeonatos nacionales. Kev Coghlan y Danny Webb no tardarían mucho en dar el salto al mundial, mientras que los chicos más jóvenes (Scott Redding, Jonas Folger e Isaac Viñales) permanecerían más tiempo. Dorna veía como el sistema funcionaba correctamente y cada año se iban sumando nuevos pilotos de países más lejanos (Nakagami) pero deberían hacer cambios si querían aumentar su nómina de pilotos sin monopolizar la parrilla del CEV. La solución al problema fue la creación de la Red Bull Rookies Cup. Harald Bartol se interesó por el proyecto y propuso a Dorna competir con las KTM y dejar de lado unas Honda que ya no competían en el mundial de 125. El interés de Bartol por el proyecto no fue algo sorprendente ya que, en 2003, en la primera temporada de KTM en el mundial, intentó convencer a Puig para que el Movistar junior Team utilizara sus monturas y, de esta manera, hacerse con los servicios de Pedrosa. La idea no prosperó porque en esos momentos Honda tenía mejor material y todavía estaba involucrada en la categoría. En cualquier caso, este intento dejó claro que Bartol tenía el mismo interés que Puig en formar pilotos jóvenes.
La Red Bull Rookies Cup tuvo una gran acogida y recibió un gran número de solicitudes. El campeonato coincidiría en fechas y emplazamientos con los Grandes Premios europeos del mundial, con lo que los pilotos podrían aprenderse los circuitos, compararse con los pilotos del mundial y los equipos de 125 podrían seguir a jóvenes pilotos con vista a un futuro fichaje. Dorna decidió seguir el camino iniciado en Europa en continente americano para conseguir formar pilotos de países como Argentina, Brasil y Estados Unidos, que ya tenían tradición el mundial, y de otros países sin apenas historia en el campeonato. Kevin Schwantz colaboró en el proyecto aconsejando a los pilotos y haciendo de liebre para que observaran cómo debían pilotar. Cameron Beaubier es el primer piloto salido la academia americana y, además, ha conseguido entrar en el mundial como piloto oficial de KTM. Como vínculo de unión entre los chicos de las dos academias, se celebra una competición por continentes para dar por finalizada la temporada. En esta iniciativa, los pilotos no corren individualmente sino que el objetivo es sumar en conjunto más puntos que el otro equipo, lo que puede dar a pie al empleo de tácticas de equipo.
Aunque el proyecto de Dorna es muy acertado ya que proporciona pilotos de muchas nacionalidades al campeonato, existe un motivo de reproche. Durante las pruebas de selección que se han realizado en los últimos años se han elegido pilotos teniendo en cuenta dos factores: la nacionalidad y el potencial. Sin embargo, otros chicos que durante las pruebas demostraron ser más rápidos, se han quedado fuera por ser italianos o españoles debido al elevado número de pilotos de esta nacionalidad. Aunque es lógico que Dorna ponga más impedimentos a estos pilotos por su nacionalidad, por el camino se pueden quedar pilotos con un talento muy superior al de los elegidos. Es cierto que algunos de estos chicos destacaron simplemente porque su experiencia con una moto de competición era mucho mayor. Pero por el camino se pueden quedar pilotos con un gran talento y que no tienen medios económicos para llegar al mundial por su cuenta y, por tanto, dependen de la fortuna a la hora de encontrar patrocinadores y un equipo competitivo. En cualquier caso, la MotoGP Academy y la Red Bull Rookies Cup se han erigido como una magnífica fórmula de promoción para jóvenes de todo el mundo y los resultados no han tardado en llegar. En la actual parrilla de 125 son muchos los pilotos que han pasado por estas disciplinas (Smith, Folger, Zarco, Salom, Redding ...) y, en los próximos años, el número será aún mayor. Dorna ha ideado un sistema para conseguir pilotos jóvenes de muchos países y asegurarse una mayor expansión de su producto ya que, previsiblemente, en los próximos años cadenas de televisión de nuevos países pagarán para hacerse con los derechos de imagen. Pero esta iniciativa no solo se está traduciendo en un aumento del interés -y por tanto de los ingresos- sino que es una fórmula asequible para que cualquier joven pueda llegar al mundial. Tal vez otras competiciones del motor que no pasan por su mejor momento podrían seguir el ejemplo de Dorna y conseguir una herramienta de formación efectiva, plural y económicamente sostenible, tanto para los pilotos como para los organizadores y los patrocinadores.
PD: La próxima semana colgaré un previo para cada categoría hablando sobre el Gran Premio de la República Checa y también sobre el final de temporada.
Mientras que Smith pudo dar el salto inmediato al mundial, varios pilotos se quedaron más tiempo formándose en la academia y participando en diversas pruebas, ya que no solo participaban en el CEV sino que tomaban parte en algunas pruebas de sus campeonatos nacionales. Kev Coghlan y Danny Webb no tardarían mucho en dar el salto al mundial, mientras que los chicos más jóvenes (Scott Redding, Jonas Folger e Isaac Viñales) permanecerían más tiempo. Dorna veía como el sistema funcionaba correctamente y cada año se iban sumando nuevos pilotos de países más lejanos (Nakagami) pero deberían hacer cambios si querían aumentar su nómina de pilotos sin monopolizar la parrilla del CEV. La solución al problema fue la creación de la Red Bull Rookies Cup. Harald Bartol se interesó por el proyecto y propuso a Dorna competir con las KTM y dejar de lado unas Honda que ya no competían en el mundial de 125. El interés de Bartol por el proyecto no fue algo sorprendente ya que, en 2003, en la primera temporada de KTM en el mundial, intentó convencer a Puig para que el Movistar junior Team utilizara sus monturas y, de esta manera, hacerse con los servicios de Pedrosa. La idea no prosperó porque en esos momentos Honda tenía mejor material y todavía estaba involucrada en la categoría. En cualquier caso, este intento dejó claro que Bartol tenía el mismo interés que Puig en formar pilotos jóvenes.
La Red Bull Rookies Cup tuvo una gran acogida y recibió un gran número de solicitudes. El campeonato coincidiría en fechas y emplazamientos con los Grandes Premios europeos del mundial, con lo que los pilotos podrían aprenderse los circuitos, compararse con los pilotos del mundial y los equipos de 125 podrían seguir a jóvenes pilotos con vista a un futuro fichaje. Dorna decidió seguir el camino iniciado en Europa en continente americano para conseguir formar pilotos de países como Argentina, Brasil y Estados Unidos, que ya tenían tradición el mundial, y de otros países sin apenas historia en el campeonato. Kevin Schwantz colaboró en el proyecto aconsejando a los pilotos y haciendo de liebre para que observaran cómo debían pilotar. Cameron Beaubier es el primer piloto salido la academia americana y, además, ha conseguido entrar en el mundial como piloto oficial de KTM. Como vínculo de unión entre los chicos de las dos academias, se celebra una competición por continentes para dar por finalizada la temporada. En esta iniciativa, los pilotos no corren individualmente sino que el objetivo es sumar en conjunto más puntos que el otro equipo, lo que puede dar a pie al empleo de tácticas de equipo.
Aunque el proyecto de Dorna es muy acertado ya que proporciona pilotos de muchas nacionalidades al campeonato, existe un motivo de reproche. Durante las pruebas de selección que se han realizado en los últimos años se han elegido pilotos teniendo en cuenta dos factores: la nacionalidad y el potencial. Sin embargo, otros chicos que durante las pruebas demostraron ser más rápidos, se han quedado fuera por ser italianos o españoles debido al elevado número de pilotos de esta nacionalidad. Aunque es lógico que Dorna ponga más impedimentos a estos pilotos por su nacionalidad, por el camino se pueden quedar pilotos con un talento muy superior al de los elegidos. Es cierto que algunos de estos chicos destacaron simplemente porque su experiencia con una moto de competición era mucho mayor. Pero por el camino se pueden quedar pilotos con un gran talento y que no tienen medios económicos para llegar al mundial por su cuenta y, por tanto, dependen de la fortuna a la hora de encontrar patrocinadores y un equipo competitivo. En cualquier caso, la MotoGP Academy y la Red Bull Rookies Cup se han erigido como una magnífica fórmula de promoción para jóvenes de todo el mundo y los resultados no han tardado en llegar. En la actual parrilla de 125 son muchos los pilotos que han pasado por estas disciplinas (Smith, Folger, Zarco, Salom, Redding ...) y, en los próximos años, el número será aún mayor. Dorna ha ideado un sistema para conseguir pilotos jóvenes de muchos países y asegurarse una mayor expansión de su producto ya que, previsiblemente, en los próximos años cadenas de televisión de nuevos países pagarán para hacerse con los derechos de imagen. Pero esta iniciativa no solo se está traduciendo en un aumento del interés -y por tanto de los ingresos- sino que es una fórmula asequible para que cualquier joven pueda llegar al mundial. Tal vez otras competiciones del motor que no pasan por su mejor momento podrían seguir el ejemplo de Dorna y conseguir una herramienta de formación efectiva, plural y económicamente sostenible, tanto para los pilotos como para los organizadores y los patrocinadores.
1 comentario:
Jo tío, no me dejas nada que comentar, lo has clavao de nuevo...
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